Los estudiantes llevaban atrapados en el teleférico desde las 7:00 horas locales (20:00 horas del lunes, tiempo de Ciudad de México), cuando se dirigían al colegio en una remota zona montañosa de Battagram, a unos 200 kilómetros al norte de Islamabad, según las autoridades.
La Autoridad Nacional de Gestión de Desastres del país dijo en un comunicado que se rompió un cable en el servicio de remonte y que fueron enviados dos helicópteros del ejército para una operación de rescate después de que los intentos de arreglar la avería fueran infructuosos.
El teleférico quedó varado a mitad de camino sobre un barranco, a unos 274 metros de altura, y colgaba de un solo cable después de que el otro se rompiera, dijo a Reuters Shariq Riaz Khattak, funcionario de rescate en el lugar.
Después de varias horas en que los rescatistas iniciaron una "delicada" operación, el primer rescate fue efectuado con un helicóptero, con el que lograron sacar a dos niños.
Pero tras el anochecer, el helicóptero regresó a su base y llevaron a cabo un segundo rescate con expertos en tirolinas.
Estos descendieron a través del cable del teleférico para llevar a tierra a otros dos niños.
La misión de rescate se vio complicada debido a las rachas de viento en la zona y al hecho de que las palas del rotor de los helicópteros corren el riesgo de desestabilizar aún más la cabina, indicó.
Se habían abortado dos intentos de rescate con los helicópteros. En breve se lanzará un tercero, señaló, añadiendo que un cable situado a 9 metros por encima del teleférico obstaculiza la operación.
Comandos colgados de uno de los helicópteros consiguieron acercarse al teleférico, pero no pudieron rescatar a las personas que se encontraban a bordo.
"Nos azotan fuertes vientos", declaró por teléfono Gulfaraz, un joven de 20 años que viaja en el teleférico, al canal de televisión local Geo News, haciendo un llamado a las autoridades para que los rescaten lo antes posible. Según dijo, los otros estudiantes tienen entre 10 y 15 años y uno se desmayó por el calor y el miedo.
Estas cabinas artesanales, que funcionan con cables o incluso con simples cuerdas, resultan habituales en Pakistán para comunicar pueblos aislados en zonas montañosas.
Diez personas ya habían muerto en un accidente parecido en 2017 cerca de la capital Islamabad.