El jefe de la OMS también reportó 25 ataques contra establecimientos de salud en Israel desde que se inició el conflicto el 7 de octubre tras el ataque sin precedentes que el grupo islamista palestino Hamás perpetró en territorio israelí.
"La mejor manera de apoyar a estos trabajadores sanitarios y a las personas a las que atienden es darles los medios que necesitan para la atención: medicamentos, equipos médicos y combustible para los generadores de los hospitales", añadió.
También solicitó un aumento de la ayuda humanitaria que llega a través del paso de Rafah, fronterizo con Egipto, y repitió los reiterados llamamientos de los responsables de la ONU a un "alto el fuego".
"Entiendo por lo que están pasando los niños de Gaza, porque yo pasé por lo mismo cuando era niño", señaló el director general de la OMS, originario de Tigray, en Etiopía.
"El sonido de los disparos y los proyectiles silbando en el aire, el olor del humo después de impactar, las balas de trazado en la noche, el miedo, el sufrimiento", describió, mientras denunciaba los "bárbaros" ataques del 7 de octubre y pidió la liberación de los rehenes que Hamás tiene en su poder.
En un momento en el que el Consejo de Seguridad, profundamente dividido en este asunto, es incapaz de hablar con una sola voz, el responsable de la OMS pidió también una reforma del órgano de la ONU.
"Hace tiempo que creo que el Consejo de Seguridad ya no cumple la función para la que fue creado", señaló, en referencia al mantenimiento de "la paz y la seguridad" mundiales.
Al comienzo de su reunión, el Consejo de Seguridad guardó un minuto de silencio en homenaje a las víctimas de los ataques de Hamás contra Israel (1,200, según el balance israelí), a los civiles muertos en los bombardeos de Gaza (más de 11,000, de acuerdo con el Ministerio de Sanidad de Hamás), y a los periodistas y personal de la ONU que han perdido la vida en las confrontaciones.