Biden y Xi acordaron el miércoles abrir una línea directa presidencial, reanudar las comunicaciones entre militares y trabajar para frenar la producción de fentanilo, mostrando un progreso tangible en sus primeras conversaciones cara a cara en un año.
"Realmente creo que fue una buena reunión, fue una buena noticia que reanudaran las comunicaciones militares. Creo que debería ayudar a reducir la tensión entre Estados Unidos y China, y debería aumentar la estabilidad del estrecho de Taiwán”, dijo por su parte Morris Chang, enviado de Taiwán para el Foro APEC.
China reclama la isla de Taiwán, punto clave de tensión entre Washington y Pekín, como territorio propio y ha intensificado la presión militar contra su gobierno autónomo en los últimos años.
Chang dijo, además, que no había mantenido conversaciones con Xi esta semana, aunque sí con funcionarios estadounidenses, entre ellos el secretario de Estado, Antony Blinken, y la vicepresidenta Kamala Harris; también mantuvo conversaciones informales con Biden.
La reunión de los presidentes no alteró la creciente serie de restricciones comerciales y de inversión entre las dos mayores economías del mundo, basadas en la seguridad nacional, pero Georgieva afirmó que la reanudación de las comunicaciones era importante en un momento de gran incertidumbre para la economía mundial.
Georgieva afirmó que la distensión entre Estados Unidos y China tuvo un efecto positivo en los líderes de la cumbre de la APEC, donde su principal conclusión fue que "el espíritu de cooperación es manifiestamente más fuerte. Y el mundo lo necesita".
Georgieva afirmó que la reactivación de las comunicaciones entre Estados Unidos y China también contribuirá a fomentar la cooperación en los retos mundiales, especialmente el cambio climático, con la conferencia sobre el clima COP28 que comenzará a finales de noviembre.