Fotografías publicadas en las redes sociales por la administración local de Hinatuan mostraban a decenas de residentes y colas de vehículos desplazándose hacia zonas más altas, con un gran refugio ocupado por varias decenas de personas.
Dyl Constantino, de 25 años, se encontraba en la isla de Siargao, en el noreste de Mindanao, cuando se produjo la sacudida. "Fue el terremoto más largo y fuerte que he vivido, probablemente duró unos cuatro minutos", contó a la AFP.
Anna Quinones, funcionaria de desastres en la ciudad de Davao, afirmó que estaban supervisando la costa. "La marea todavía está alta y no notamos nada inusual", indicó.
La emisora japonesa NHK dijo que se esperaba que olas de tsunami de hasta un metro de altura alcancen la costa occidental de Japón un poco más tarde, hacia la 1:30 del domingo (10:30 horas del sábado, hora de Ciudad de México).
Según el Servicio Geográfico de Estados Unidos, el seísmo tuvo una magnitud de 7.6 y una profundidad de 32 kilómetros, y se produjo a las 22:37 hora local (8:37, tiempo de Ciudad de México).
El terremoto se produce casi dos semanas después de que otro sismo de magnitud 6.7 golpeara Mindanao, causando al menos nueve muertos, sacudiendo edificios y derrumbando parte del techo de un centro comercial.
Los sismos son habituales en Filipinas, que se sitúa a lo largo del "Anillo de Fuego", un arco de intensa actividad sísmica y volcánica que se extiende desde Japón hasta el Sudeste Asiático y la cuenca del Pacífico.
La mayoría son demasiado débiles y no se sienten, pero los terremotos fuertes y devastadores se producen al azar y no hay tecnología disponible para predecir cuándo y dónde ocurrirán.
Con información de AFP y Reuters