¿Qué tienen en común Adolfo Macías, alias “Fito”, y Joaquín “El Chapo” Guzmán? El primero es considerado el fugitivo más peligroso de Ecuador tras escapar de la cárcel el 7 de enero de este año, lo mismo hizo el famoso narcotraficante mexicano el 11 de julio de 2015.
Ellos han sido líderes visibles de los cárteles Los Choneros y el de Sinaloa, respectivamente.
A estas organizaciones criminales las fronteras no les impiden hacer alianzas para seguir con sus actividades delictivas, que ya no solo se enfocan al cultivo, traslado y exportación de drogas, sino que suman otras como la extorsión.
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Además, crean sociedades fantasma para lavar dinero o lo invierten en campañas electorales. En México, el magistrado del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Felipe de la Mata Pizaño, advirtió sobre la incidencia del crimen organizado en las elecciones de junio y la necesidad de hablar sobre este tema para visibilizarlo.
El magistrado recordó lo ocurrido en las elecciones gubernamentales de Veracruz en 2010, cuando personas que supuestamente pertenecían a una organización del narcotráfico “tomaron la decisión de que no se instalaran casillas, sustrajeron actas de la jornada e indujeron personas respecto a la manera de contar los votos”.
“No falta mucho, como pasó en Colombia, para que algunas personas ligadas al crimen organizado quieren ser presidentes de la República… Dije no falta mucho, es decir, no está pasando seguramente ahora. Pero, ¿alguien puede asegurar que para 2030 no suceda? En Colombia pasó, Pablo Escobar quería ser presidente”, aseguró durante su conferencia magistral “Elecciones y crimen organizado”.
La incidencia del crimen organizado se ha extendido sin tregua por toda América Latina.
El caso más reciente ocurrió en Ecuador, donde el presidente Daniel Noboa declaró estado de excepción y emitió un decreto que nombró a 22 bandas delictivas como organizaciones terroristas.
¿Qué influye para que el crimen organizado se disperse en Latinoamérica?
El Informe Mundial sobre las Drogas 2023 da cuenta de diversos factores, como el consumo de drogas, y califica a las redes de tráfico como “más ágiles”.
“A escala mundial, más de 296 millones de personas consumieron drogas en 2021, lo que supone un aumento de 23% con respecto a la década anterior”, destaca el informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). La demanda, entonces, ha ido al alza.
“Estamos viendo también un proceso de transición en el consumo de drogas tradicionales a estas otras como la metanfetamina, pero particularmente el fentanilo”, explica Claudia Edith Serrano Solares, doctora en estudios latinoamericanos por la UNAM.
También influyen la inestabilidad política, la corrupción, la pobreza y cambios políticos para combatir el narcotráfico.
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En el caso específico de América del Sur, el informe “¿Qué sabemos sobre los mercados, rutas, dinámica y actores de la cocaína en las Américas?”, de la UNODC, explica que regiones empobrecidas como las que se encuentran en la triple frontera entre Brasil, Colombia y Perú, “están atrapadas en zonas rurales con una alta prevalencia de delitos relacionados con las drogas y apela a que su ubicación remota dificulta enormemente la posibilidad de beneficiarse de los servicios de tratamiento, los recursos o el Estado de Derecho”.
Rutas de tráfico y alianzas entre cárteles
La Cepal detalla que la zona del Caribe es la ruta más frecuente para el tráfico de drogas hacia Estados Unidos, aunque la del Pacífico, pasando por América Central, ha ganado importancia y los países productores de cocaína usan el transporte fluvial a través de Brasil.
”Eso no significa que en los países del cono sur, como en el caso de Chile, Argentina o Brasil, no haya presencia del narcotráfico, también lo hay”, añade Serrano Solares.
En julio de 2023, Anne Milgram, jefa de la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), reveló que los principales cárteles del narcotráfico mexicano –el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación– operaban con más de 44,000 elementos en más de 100 países alrededor del mundo.
La ruta desde Colombia pasando por Ecuador para llegar a México ha sido identificada como un pilar importante para el tráfico global de cocaína, por lo que las alianzas entre el Cártel de Sinaloa con bandas como los Choneros y Los Lobos sirven para transportar cocaína desde Ecuador.
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Los corridos tumbados sí influyen
Las canciones que encumbran al “Chapo” Guzmán y al “Fito”, dan cuenta de que la música es otra vertiente que también une, al menos musicalmente, a los líderes criminales en América Latina.
Un ejemplo de ello es el cantante Peso Pluma, quien cobró fama internacional por mencionar al “Señor Guzmán” en la canción “Siempre Pendientes”, una colaboración con Luis R.
Mientras que el “Fito” llegó a grabar en un patio de la cárcel un videoclip de un narcocorrido en su honor, interpretado por un mariachi y su hija, que se presenta como Queen Michelle.
El profesor de Sociología de la Universidad de Guadalajara, Jorge Ramírez Plascencia, asegura que sí tienen una influencia dentro de la juventud y particularmente de quienes forman parte del crimen organizado.
“El género es una evolución de esta criminalidad, porque hay que conectar esa música con la aparición de una función nueva. Una característica de esa permanencia es algo que está muy presente como tema en estas canciones, que es el cuidado de la plaza, patrullar, estar como siempre dispuesto para una organización como un empleado físico”, explica.
“Estos narcocorridos celebran, cantan, reproducen esa condición de vida que no existía antes. Y en ese sentido, yo creo que los corridos sí influyen en esos medios. Sería ingenuo pensar que no”.
El sociólogo afirma que la propuesta para que Peso Pluma no se presente en el Festival Viña del Mar en Chile, que finalmente canceló su presentación, es simbólica porque no se puede negar la conexión entre este género con el crimen organizado.
“¿Qué efecto tiene? Yo creo que a la posta es un efecto muy pequeño, simbólico, porque esta música no se mueve principalmente en una esfera presencial. El tema de los conciertos es solamente una parte del negocio en el que también se ha identificado que hay dinero sucio. Las cancelaciones en vivo significan sí una merma, pero de ninguna manera va a detener el consumo”.
Y son los jóvenes precisamente quienes son los protagonistas de los videos de los narcocorridos, en ficción y en la vida real.
En Ecuador se hizo viral una grabación en donde se observa a jóvenes encapuchados ingresar a una televisora y amagar con armas largas a sus trabajadores.
Este sector de la población parece ser la pieza clave de estas bandas, la que ejecuta órdenes, la que recluta, quien ensalza su llegada a bordo de camionetas blindadas lugares en la conquista de plazas rivales, se observa en diversos estados mexicanos y ahora en países latinoamericanos.
Al igual que la extensión del narco en Latinoamérica, la inclusión de los jóvenes en sus filas es multifactorial. La mayoria de los reclutados nacen en zonas pobres, no cuentan con acceso a escolaridad ni servicios básicos, por ende, el acceso al sector laboral se complica aún más.
“Estas llamadas desventajas acumulativas se vuelven como un sector muy favorable para el reclutamiento voluntario o involuntario”, explica Ramírez Plascencia.
“Mandan los jefes, yo cuido el área, aquí nadie se mete. Cuido la plaza del señor Guzmán, puros corridos bélicones…”. Así es parte de la letra de Siempre Pendientes.