En 2019, la línea directa de mujeres de Corea estimó que una mujer era asesinada cada 1.8 días.
En junio de 2023, la Encuesta de Seguridad de la Violencia Sexual del gobierno encontró que el 51% de las 7,505 mujeres encuestadas se preocupan por convertirse en víctimas de violencia sexual mientras usan los baños públicos o toman taxis solas.
El Ministerio de Justicia de Corea del Sur derribó en febrero del año los planes del Ministerio de Equidad de Género para revisar la definición legal de violación para incluir el sexo no consentido.
¿Una amenaza contra la fertilidad?
Los efectos de este amenazan con causar un auténtico desastre en la situación demográfica del país.
La tasa de fertilidad (el número de hijos que se espera que tenga una mujer en su vida) cayó a 0.72, lejos del 2.1 necesario para mantener la población actual de 51 millones de habitantes.
Esto sitúa a Corea del Sur como el país con una menor tasa de fertilidad dentro de la OCDE, y también en el que las mujeres tienen a su primer hijo más tarde, a los 33.6 años.
La baja natalidad sumada a la larga esperanza de vida de los surcoreanos, una de las más altas del mundo, cierne la amenaza de una crisis demográfica sobre el país.
El presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, dijo el jueves que quiere crear un nuevo ministerio para revertir la baja tasa de fertilidad del país asiático, amenazado por una crisis demográfica.
"Pido la cooperación del Parlamento para revisar la organización del gobierno para crear un ministerio de planificación contra la baja tasa de fertilidad", declaró en un discurso a la nación.
El gobierno ha invertido miles de millones de dólares para incentivar la natalidad, pero en 2023 el país registró solo 230,000 nacimientos, el mínimo histórico desde el inicio de la serie estadística en 1970.
Los miles de millones de dólares destinados a subsidios económicos para los padres, servicios de guardería y ayudas para tratamientos de infertilidad no han conseguido frenar el declive.
“Un enfoque feminista eliminaría los obstáculos a la maternidad simplemente haciendo cumplir las leyes existentes contra la discriminación en el lugar de trabajo. Desestigmatizaría los nacimientos fuera del matrimonio y haría que los deberes domésticos fueran responsabilidad de todos. Condenaría la violencia de género como censurable. Un enfoque feminista admitiría que hay un problema sistémico”, dice la escritora Hawon Jung, autora de la novela La llama y la flor, sobre el movimiento #MeToo en Corea del Sur, en un artículo para The New York Times.