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Bukele toma posesión para un segundo mandato con la economía como pendiente

El presidente de El Salvador iniciará un nuevo periodo al frente del país centroamericano con uno de los crecimientos económicos más bajos de la región.
vie 31 mayo 2024 04:04 AM
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, habla durante la inauguración de la sede de Google en San Salvador el 15 de abril de 2024 (imagen principal del artículo 'Restricciones a la información pública en El Salvador generan preocupación internacional')
Los economistas señalan que, en medio de preguntas sobre los hábitos de gasto del estado y un claro problema de liquidez, el bitcoin aún no ha traído un beneficio significativo.

Con más poder que nunca, una oposición pulverizada y en la cima de la popularidad, Nayib Bukele iniciará el sábado su segundo mandato como presidente de El Salvador, con el gran pendiente de hacer crecer la economía del país norteamericano.

Este publicista de 42 años, reelegido en los comicios del 4 de febrero con un aplastante 85% de los votos, gobernará por otros cinco años con un control casi total del Congreso y del resto de instituciones del Estado.

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Bukele prestará juramento en una ceremonia prevista para las 08:00 locales en el Palacio Nacional, en el centro histórico de San Salvador, a cuya plaza convocó a los salvadoreños en masa.

Entre los dignatarios destaca la asistencia del presidente argentino Javier Milei, con quien coincide en políticas conservadoras y simpatías hacia el exmandario estadounidense Donald Trump, recién declarado culpable en un juicio penal en Nueva York. También acudirán el mandatario paraguayo Santiago Peña y el rey Felipe de España.

El país "más seguro" y con el crecimiento más "lento"

Muy seguro de sí, Bukele se autodefine como un "dictador cool" para burlarse de quienes lo acusan de autoritarismo y de mantener el poder gracias a magistrados afines que interpretaron la ley para permitir su reelección, pese a estar prohibida en la Constitución.

Considerado el presidente más popular de América Latina, según la organización Latinobarómetro, Bukele llegó al poder en 2019 con la promesa de doblegar a las pandillas, a las que atribuye 120,000 muertes en tres décadas, más que las 75,000 de la guerra civil (1980-1992).

Bajo su gobierno, sostiene, El Salvador pasó de ser el país sin conflicto bélico "más peligroso del mundo" al "más seguro del hemisferio occidental", aunque para ello el país vive en un estado de excepción desde hace más de dos años, bajo el cual, de acuerdo con organizaciones civiles, se han cometido numerosas violaciones a los derechos humanos.

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Sin embargo, la economía de este país centroamericano no ha crecido a la par de la seguridad. Los datos muestran que ha sucedido todo lo contrario.

La economía de El Salvador está en su mayoría estancada y registra el crecimiento económico más lento de Centroamérica. La pobreza extrema se ha duplicado desde 2019 —el año en el que Bukele inicio su gobierno—y casi la mitad de la población vive con inseguridad alimentaria.

De acuerdo con una encuesta del Instituto Universitario de Opinión Pública (Iudop) publicada en enero, la situación económica ha desplazado a la delincuencia como la principal preocupación de los salvadoreños, principalmente por los efectos del régimen de excepción.

Un 32.8 % de la población considera que el “principal problema que enfrenta El Salvador” es la economía, mientras que el desempleo alcanzó 17.3%.

Los economistas apuntan a la baja inversión extranjera directa y al gasto excesivo del gobierno.

El Salvador fue en 2023, por quinto año consecutivo, la economía que menos ha crecido de la región. Mientras la de Costa Rica crece entre 4.5% y 5%, de acuerdo con datos del Banco Central de Reserva, la de El Salvador creció 2.2% en 2023.

La balanza comercial no ayuda, pues el país tiene un déficit comercial, es decir se importa más de los que se exporta. Las exportaciones son en su mayoría artículos textiles producidos en empresas maquiladoras, una industria de poco valor agregado. El principal mercado para El Salvador es Estados Unidos.

El déficit de la balanza comercial de El Salvador fue de de más de 8,000 millones de dólares.

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La pobreza extrema monetaria se ha duplicado, pasando de 86,000 hogares en 2019 a 170,000 en 2023. De acuerdo con datos oficiales, el porcentaje de pobreza general pasó de 22.8 % a 27.2 % de los hogares.

Una economía endeudada

En enero de 2023, Bukele celebró haber saldado un vencimiento de deuda por 800 millones de dólares y cargó en X contra los analistas que habían advertido de un potencial escenario de impago.

Pero esto fue un logro a costa de una reforma de pensiones y la renegociación de la deuda, lo que llevó a su vez a un mayor endeudamiento. Con ello, El Salvador no pagará intereses ni capital de la deuda previsional hasta 2027, pero ese año deberá saldar otro vencimiento de la deuda total del país, esta vez por cerca de 2,035 millones de dólares.

La deuda pública asciende a 19,612,42 millones de dólares, a lo que hay que sumar un saldo de la deuda de pensiones de 9,010 millones.

Las dudas sobre la estabilidad financiera son una de las razones por la cual la inversión extranjera directa no termina de llegar al país, dijo la economista Julia Evelin Martínez, en entrevista con la BBC.

“La deuda pública está en un camino insostenible y crea incertidumbre sobre la capacidad de El Salvador para cumplir con sus compromisos futuros”, indicó un informe sobre el clima de negocios en El Salvador elaborado por el Departamento de Estado estadounidense y publicado en enero.

El bitcoin, una respuesta poco efectiva

El Salvador se convirtió en septiembre de 2021 en el primer país del mundo en adoptar el bitcóin como moneda de curso legal, en paralelo al dólar estadounidense, lo que le valió duras críticas del Fondo Monetario Internacional (FMI).

El Salvador conseguido una recompensa de 473,5 bitcoines, equivalentes a 29 millones de dólares (al 14 de abril), por el minado de la criptomoneda en una central geotérmica propiedad de la nación centroamericana.

Desde septiembre de 2021, el gobierno de Nayib Bukele instaló 300 procesadores para el minado de bitcóin en un complejo de producción de energía geotérmica ubicada en el volcán Tecapa, en el oriente del país.

De los 102 megavatios (mw) que produce la planta estatal, 1.5 mw son destinados al minado de la criptomoneda.

Entre los pool de minado que han dado recompensa por verificar transacciones en la cadena de bloques se encuentran Foundry USA, Ant pool, ViaBTC, F2Pool, Binance Pool, dice la página web de la Oficina de Bitcoin, que fue habilitada el 14 de abril para divulgar la tesorería de la criptomoneda.

Antes de eso, la única información que se tenía sobre las apuestas del gobierno en la criptodivisa eran las publicaciones en X (antes Twitter) hechas por el presidente.

De acuerdo con la Oficina de Bitcoin, el país centroamericano tiene 5,750 bitcoines, equivalentes a 353.5 millones de dólares.

Aunque estas noticias han causado entusiasmo entre algunos extranjeros que invierten en el activo, no son recibidas de la misma manera por los salvadoreños.

"Es inusual que alguien use bitcoin", dijo a la agencia Reuters, Kevin Valle, de 24 años, un vendedor de productos salvadoreños en el mercado principal de Berlín, una ciudad en El Salvador. "Lo que puedo decir es que el costo de mis tomates y cebollas se ha duplicado, y la gente está preocupada por el bajo empleo y los salarios”.

Una encuesta de la Universidad Centroamericana (UCA), divulgada en enero, muestra que la moneda virtual no es popular entre los salvadoreños: 88% no la usó en sus transacciones el año pasado. Solo 1% de las remesas recibidas en el país son enviadas por bitcoin.

Los economistas señalan que, en medio de preguntas sobre los hábitos de gasto del estado y un claro problema de liquidez, el bitcoin aún no ha traído un beneficio significativo.

Con información de AFP y Reuters

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