Votantes de 27 países de la Unión Europea acudirán a las urnas desde el jueves y hasta el domingo en unas elecciones que renovarán las autoridades de las instituciones europeas en un momento de incerteza geopolítica.
Además de renovar los 720 escaños del Parlamento Europeo, los comicios sirven para escoger a los responsables de las tres principales instituciones de la UE en base al equilibrio político surtido de las urnas.
Se trata de la Comisión Europea (el brazo ejecutivo de la UE) y el Consejo Europeo (que representa a los países del bloque), ambas con sede en Bruselas, y del propio Parlamento, que sesiona en la ciudad francesa de Estrasburgo y tiene oficinas en la capital belga.
Aunque algunos países votarán a partir del jueves, la mayoría de los miembros del bloque lo harán el domingo.
Los sondeos proyectan un marcado fortalecimiento de la extrema derecha, que ya cuenta con una notable presencia en el Parlamento Europeo, aunque esté dividida por su postura ante la propia UE.
En estas elecciones, tres mujeres serán las figuras claves para definir el futuro del bloque: la actual presidenta de la Comisión Europea, la alemana Ursula Von Der Leyen, la primera ministra de Italia, Girogia Melani, y la líder de la oposición de ultraderecha en Francia, Marine Le Pen.
Con su atlantismo y sus relaciones pragmáticas con Bruselas, la jefa del gobierno italiano Giorgia Meloni es para muchos la cara "moderada" de la extrema derecha europea, lo que la convierte en el estandarte ideal para las elecciones de junio.
Meloni encabeza el grupo Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) en el Parlamento Europeo, que incluye al español Vox, al polaco Ley y Justicia (PiS) y al francés Reconquista.
La llegada al poder a finales de 2022 de su partido postfascista Hermanos de Italia causó conmoción en la Unión Europea e hizo temer un giro a la derecha en un miembro fundador del bloque y de la OTAN.
Pero su firme apoyo a Ucrania le ha hecho ganarse amigos en Washington y en Bruselas, sobre todo después de que ayudara a convencer al húngaro Viktor Orbán, aliado de Moscú, de que retirara su veto a la ayuda de la UE a Kiev.
Meloni también ha colaborado estrechamente con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, sobre todo en materia de inmigración, una prioridad para la dirigente ultraderechista.
"A nivel europeo, intenta presentarse como una especie de conservadora moderada y mediadora" con el resto de la derecha radical, resume Lorenzo Castellani, analista político de la Universidad Luiss de Roma.
En su país, Meloni ha aplicado un programa nacionalista populista centrado en los valores familiares tradicionales, la ley y el orden y la inmigración, que incluye medidas drásticas contra los barcos de rescate que operan en el Mediterráneo.
Su política es criticada por la izquierda italiana, pero hasta ahora no ha hecho nada que haya causado alarma en Bruselas, como ocurrió con las polémicas reformas judiciales en Hungría y Polonia. Su política fiscal ha sido relativamente prudente, reflejo de las limitaciones vinculadas a la moneda única de la UE.
"En muchos aspectos quiere ser el rostro aceptable del extremismo para el resto del establishment político europeo", dijo Castellani a AFP.
Del otro lado está el grupo Identidad y Democracia (ID) que tenía 59 integrantes hasta la expulsión hace poco del partido alemán AfD.
Participa de este bloque el partido francés Agrupación Nacional de Marine Le Pen.
Los integrantes de ID han moderado los llamados a retirarse de las UE, pero insisten en limitar y reducir la influencia de las instituciones europeas en la vida cotidiana de los ciudadanos.
Los sondeos indican que estos dos grupos podrían alcanzar entre el 20% y 25% de las bancas, aunque las posibilidades de una unión aún son una incógnita.
Marine Le Pen nunca ocultó su interés por un gran bloque "soberanista" en el Parlamento Europeo, al cual también aspira el primer ministro húngaro Viktor Orban.
"Si consiguen trabajar juntas, en un grupo único o en una coalición, serán una fuerza para Europa. El atractivo de su cooperación sería muy fuerte", afirmó Orban, ícono de la extrema derecha en toda Europa, en una entrevista con la revista Le Point.
Sin embargo Meloni ha descartado la unificación de los dos bloques.
Fuentes consultadas dijeron a Reuters que las posibilidades de formar un bloque único y fuerte de extrema derecha en Europa son escasas, citando las diferencias entre sus principales figuras, Meloni y Le Pen, en cuestiones como qué postura adoptar en la guerra de Ucrania y las relaciones con Rusia.
Preguntado por si su partido, Fidesz, seguía planeando unirse al bloque de los Reformistas y Conservadores Europeos (ECR) de Meloni tras las elecciones, Orban dijo: "Sí, sigue estando en la agenda”.
La actual presidenta de la Comisión Europea y aspirante a un segundo mandato, la alemana Ursula von der Leyen, abrió la puerta a alianzas puntuales con el grupo de Meloni, mientras descarta trabajar con ID, bloque al que considera aliado de Rusia.
Una alianza entre la derecha que representa el PPE y la extrema derecha del ECR podría tener una pesada influencia en las discusiones, pero Von der Leyen posiblemente necesitará más votos para su eventual reelección.
Sin embargo, un acercamiento al ECR torna más difícil la obtención de los votos necesarios.
El bloque de los Socialdemócratas (S&D) y los centristas de Renovar Europa ya han denunciado la posible alianza del PPE con ERC, S&D y Renovar Europa (las tres mayores bancadas)
De hecho, el trinomio formado por el PPE, S&D y Renovar Europea era el "gran bloque" donde se negociaban los grandes acuerdos en temas centrales.
Junto con Los Verdes y La Izquierda, S&D y Renovar Europea se comprometieron en una declaración conjunta el 8 de mayo a "no cooperar nunca ni formar coaliciones con partidos radicales y de extrema derecha", y pidieron a Von der Leyen que haga lo mismo.
Parece probable que ese gran bloque continúe funcionando, pero deberá ser más difícil construir las mayorías si las alianzas puntuales con la extrema derecha de multiplican.
Este escenario podrá tener un impacto directo en temas como migración y asilo, relaciones internacionales y políticas de combate al cambio climático.
Con información de AFP y Reuters
