"Casi parece una pandemia que se desarrolla a cámara lenta", afirma Scott Hensley, profesor de microbiología de la Universidad de Pensilvania. "Ahora mismo, la amenaza es bastante baja (...) pero eso podría cambiar en un santiamén".
Cuanto antes se advierta de un salto a los humanos, antes podrán las autoridades sanitarias mundiales tomar medidas para proteger a la población poniendo en marcha el desarrollo de vacunas, pruebas a gran escala y medidas de contención.
"Es necesario saber cuáles son las granjas positivas, cuántas vacas son positivas, cómo se propaga el virus, cuánto tiempo permanecen infecciosas estas vacas y cuál es la ruta exacta de transmisión", dijo el virólogo neerlandés Ron Fouchier, del Centro Médico Erasmus de Róterdam.
Algunas pandemias, incluida la del COVID-19, llegan sin apenas avisar. En la última de gripe, causada por el H1N1 en 2009, el virus y sus predecesores llevaban varios años propagándose entre los animales, dijo Hensley. Una mayor vigilancia habría ayudado a las autoridades sanitarias a prepararse.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que el riesgo del H5N1 para el ser humano es bajo porque no hay pruebas de transmisión humana. En caso de que esto cambie, se dispone de algunas herramientas, como cantidades limitadas de la vacuna H5N1 existente y medicamentos antivirales como Tamiflu.