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Brasil asume un rol preponderante en la crisis de Venezuela

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva camina entre la línea de no reconocer la reelección de Nicolás Maduro, pero tampoco aceptar las acusaciones de fraude de la oposición.
vie 02 agosto 2024 07:10 AM
¿Por qué el rol de Brasil es clave en la crisis política de Venezuela?
Brasil recompuso las relaciones con Venezuela después de que Lula, gran aliado de Chávez, volvió al poder en 2023.

Sin reconocer la reelección de su aliado Nicolás Maduro, pero tampoco apoyar las denuncias de fraude de la oposición, el presidente izquierdista de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, intenta un difícil equilibrismo frente a la crisis en Venezuela.

Maduro, heredero político de Hugo Chávez y en el poder desde 2013, fue proclamado vencedor de la elección presidencial del domingo para un tercer mandato consecutivo.

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Este jueves, Brasil asumió un papel mucho más activo al tomar el control de las embajadas de Argentina y Perú en Caracas tras la expulsión de sus diplomáticos, mientras se extienden los pedidos para la publicación de los resultados electorales completos.

La decisión brasileña sobre la embajada argentina involucra a seis opositores venezolanos, cercanos colaboradores de Machado, que están asilados en la residencia del embajador desde marzo, de acuerdo con las autoridades en Buenos Aires.

Según el Ministerio de Relaciones Exteriores brasileño, el pedido argentino ya fue oficializado y aceptado. En relación con Perú, sólo falta la formalización.

Con la decisión, Brasil asumirá la administración y cuidado de los bienes y archivos de las dos representaciones tras el retiro de los diplomáticos, que debería producirse el jueves. Asimismo, mediará eventualmente en asuntos entre los dos gobiernos y sus ciudadanos en relación con el ejecutivo venezolano.

El presidente argentino, Javier Milei, escribió un mensaje en su cuenta de la red social X agradeciendo "enormemente la disposición de Brasil a hacerse cargo de la custodia de la Embajada argentina en Venezuela”.

Venezuela rompió relaciones diplomáticas con Perú después de que el gobierno de Lima reconoció al opositor Edmundo González como presidente electo.

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En el caso de Argentina y otros cinco países —Chile, Costa Rica, Panamá, República Dominicana y Uruguay—, los diplomáticos fueron expulsados pero las relaciones no se rompieron, en una situación atípica en la diplomacia. El país mantiene relaciones pero sin representación propia.

Luego de varias amenazas, Argentina temía una invasión del sitio por parte de grupos oficialistas. La preocupación fue trasladada al asesor especial de la presidencia brasileña, Celso Amorim, por la canciller Diana Mondino.

De acuerdo con una fuente cercana a Amorim, el asunto se planteó a Maduro durante la reunión del lunes, y el presidente venezolano se comprometió a reforzar la seguridad de la embajada.

Más tarde, Lula sostuvo una conversación telefónica con los presidentes de de México, Andrés Manuel López Obrador, y de Colombia, Gustavo Petro sobre la situación de Venezuela, dijo la presidencia brasileña.

En un comunicado conjunto publicado después de la llamada, los tres mandatarios exigieron a Venezuela avanzar "de forma expedita" en la divulgación de las actas electorales y permitir una "verificación imparcial de los resultados”.

"Seguimos con mucha atención el proceso de escrutinio de los votos y hacemos un llamado a las autoridades electorales de Venezuela para que avancen de forma expedita y den a conocer públicamente los datos desglosados por mesa de votación", señalaron los gobiernos en un comunicado conjunto.

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"Las controversias sobre el proceso electoral deben ser dirimidas por la vía institucional. El principio fundamental de la soberanía popular debe ser respetado mediante la verificación imparcial de los resultados", agregaron.

"Más pro Maduro que otra cosa"

El Consejo Nacional Electoral (CNE), de línea oficialista, no ha publicado el detalle del escrutinio, a pesar de las peticiones de varios países y de las dudas sobre el resultado. La oposición, que asegura tener en su poder 81.8% de las actas, dice que Edmundo González Urrutia.

Patricio Ballados, subjefe de la misión electoral del Centro Carter, dijo que no se ha aclarado por qué las autoridades electorales "declararon ganador formalmente sin haber contado el 100% de los votos porque no hace sentido que se puede extender una constancia (de ganador) sin respetar el derecho al voto de todas y todos los venezolanos”.

"Desde el punto de vista del Centro Carter, lo que tenemos es una anomalía que es mayor precisamente al no poder contar con un resultado electoral", agregó.

El Consejo Nacional Electoral (CNE) tenía previsto el jueves una conferencia de prensa, pero luego la canceló, como ocurrió el miércoles. La página web del Consejo continua caída.

"Es normal que haya una disputa. ¿Cómo se resuelve? Presenten las actas. Si el acta genera dudas (...) la oposición entra con un recurso y espera al proceso en la Justicia", dijo Lula el martes en una entrevista televisiva.

Mientras las protestas desatadas en el país vecino ya han dejado por los menos 20 muertos, de acuerdo con Human Right Watch, Lula minimizó la gravedad de la crisis: "Habrá una decisión, que tenemos que acatar. Estoy convencido de que es un proceso normal, tranquilo”.

Sus palabras "pueden ser un intento de mostrar un equilibrio, pero en la práctica termina siendo más pro Maduro que otra cosa", dijo a la AFP Oliver Stuenkel, profesor de Relaciones Internacionales de la Fundación Getulio Vargas, quien ve la postura de Brasil como "ambigua, pasiva".

"Brasil está en una situación difícil", porque "es el mayor actor de Sudamérica, pero su capacidad de moldear lo que pasa en Venezuela es muy limitada", añadió Stuenkel.

Brasilia envió a Caracas para seguir las elecciones al asesor presidencial para asuntos internacionales, el excanciller Celso Amorim, que se reunió con Maduro y con el candidato opositor, Edmundo González Urrutia.

Maduro, cada vez más aislado

Roberto Goulart Menezes, coordinador del Núcleo de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Brasilia, subraya por su parte la cautela que ha adoptado el gobierno.

"No creo que haya un reconocimiento directo del gobierno de Maduro en los próximos días. Si eso ocurre, Brasil puede aislarse diplomáticamente", dijo a la AFP.

Y esto, según el experto, podría comprometer el apoyo internacional que se ha granjeado Brasil rumbo a la cumbre de líderes del G20 en Rio de Janeiro en noviembre.

"¿Cómo Lula va a hablar de democracia ante el G20 (...) si apoya en las condiciones actuales la elección de Maduro?", apuntó Goulart Menezes.

"Lo que está diciendo es que hay que agotar todos los recursos, algo que lleva tiempo. Entonces que también va a llevar tiempo para que Brasil adopte una posición", agregó.

El martes, Lula habló por teléfono con su par estadounidense, Joe Biden, y ambos pidieron "que las autoridades electorales venezolanas divulguen de forma inmediata información electoral completa, transparente y detallada de cada centro de votación", según informó la Casa Blanca.

Pero el miércoles, Brasil fue uno de los países que impidió que el Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA) adoptase una resolución para exigir transparencia al gobierno de Venezuela, al abstenerse junto a otros 10 miembros.

"El factor clave que hay que tener en cuenta aquí es la cohesión del régimen. Sabemos que hay figuras clave en torno a Maduro que se miran entre sí y se preguntan si realmente quieren aceptar seis años más de represión, sanciones y caos económico", dijo Geoff Ramsey, miembro del Centro para América Latina del Atlantic Council, en un foro sobre Venezuela.

Brasil y Venezuela: una relación con altibajos

Brasil recompuso las relaciones con Venezuela después de que Lula, gran aliado de Chávez, volvió al poder en 2023, tras años de ruptura bajo el gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro (2019-2022).

El año pasado, Brasilia participó activamente de los esfuerzos internacionales para permitir la organización de los comicios.

Esta cercanía no impidió que en los últimos meses Lula endureciera el tono.

Antes de las elecciones, el brasileño dijo haberse asustado con las palabras de Maduro sobre un "baño de sangre" en las calles si no ganaba.

Venezuela también suele ser un asunto candente en la política interna brasileña. Mientras la derecha arremete contra el "dictador" Maduro y la proximidad que Brasilia mantiene con Caracas, los sectores cercanos a Lula se mostraron divididos.

La ministra brasileña de Medio Ambiente, Marina Silva, una voz respetada dentro del gobierno, cuestionó el miércoles el carácter democrático del gobierno venezolano.

"En mi opinión personal, y no estoy hablando en nombre del gobierno, no se configura como una democracia", dijo Silva al sitio de noticias Metrópoles.

Una democracia "presupone que las elecciones son libres, que los sistemas son transparentes, que no haya ninguna forma de persecución política", añadió la ministra.

El Partido de los Trabajadores (PT) de Lula, por su parte, no dudó en reconocer a Maduro como el presidente "reelecto". Al tiempo que llamó al gobierno a continuar "el diálogo con la oposición", insistió en que los países latinoamericanos deben tratar sus problemas "sin ningún tipo de violencia e injerencia externa".

Con información de AFP y Reuters

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