Más que una sospecha específica sobre los buscapersonas, los controles habían formado parte de un "barrido" rutinario de sus equipos, incluidos los dispositivos de comunicaciones, para encontrar cualquier indicio de que estuvieran provistos de explosivos o mecanismos de vigilancia, dijo una de las fuentes de seguridad.
Los ataques, y la distribución de los dispositivos a pesar del barrido rutinario y los controles para detectar posibles infracciones, han golpeado la reputación de Hezbolá como el más formidable de los aliados de Irán en el "Eje de la Resistencia", paraguas de fuerzas irregulares antiisraelíes en todo Oriente Próximo.
En un discurso televisado el jueves, el secretario general de Hezbolá, Hasán Nasralá, afirmó que los ataques no tenían "precedentes en la historia" del grupo.
La oficina de prensa de Hezbolá y las fuerzas armadas israelíes no respondieron inmediatamente a las solicitudes de comentarios para este artículo.
Gold Apollo, una empresa taiwanesa, ha declarado que no fabricó los dispositivos utilizados en el ataque y que fueron fabricados por una empresa europea con licencia para utilizar su marca. Reuters no ha podido determinar dónde se fabricaron ni en qué momento fueron manipulados.
A principios de año se introdujo en Líbano un lote de 5.000 buscas. Reuters informó anteriormente de que Hezbolá recurrió a los buscapersonas en un intento de eludir la vigilancia israelí de sus teléfonos móviles, tras la muerte de altos mandos en ataques aéreos selectivos durante el año pasado.
El conflicto de Hezbolá con Israel se remonta a hace décadas, pero se ha recrudecido en el último año en paralelo a la guerra de Gaza, aumentando los temores de una guerra regional en toda regla.