El huracán Helene ha dejado al menos 33 muertos y ha provocado devastadoras inundaciones en todo el sureste de Estados Unidos. La tormenta, que tocó tierra cerca de Tallahassee, Florida, durante la noche del jueves, avanzó hacia el norte debilitándose hasta convertirse en tormenta tropical, pero su paso ha sido marcado por torrenciales lluvias que han dejado a millones de clientes sin electricidad.
Las calles, casas y negocios han quedado sumergidos bajo las aguas, generando una crisis humanitaria en varias comunidades afectadas. El Centro Nacional de Huracanes (NHC) ha informado sobre "inundaciones históricas y catastróficas" y ha emitido advertencias sobre repentinas subidas de aguas en Atlanta, la ciudad más grande de Georgia, así como en Carolina del Sur y Carolina del Norte.
Se pronosticaron hasta 30 centímetros de lluvia en las montañas de los Apalaches, donde se registraron precipitaciones en lugares aislados que incluso superaron esa cifra.