Israel dijo que se habían lanzado más de 180 misiles contra Israel desde Irán y que se habían activado las defensas aéreas israelíes para interceptarlos. Buques de guerra de la Marina estadounidense dispararon una docena de interceptores contra misiles iraníes dirigidos hacia Israel, según el Pentágono.
El Cuerpo de la Guardia Revolucionaria iraní afirmó que el ataque era una represalia por los recientes asesinatos israelíes de líderes militantes y la agresión en Líbano y Gaza. Sus fuerzas utilizaron misiles Fattah hipersónicos por primera vez, y el 90% de sus misiles alcanzaron con éxito sus objetivos en Israel, dijeron los Guardianes de la Revolución.
No hubo heridos en Israel, pero un hombre murió en Cisjordania ocupada, informaron las autoridades.
Washington y la Unión Europea condenaron el ataque, y el Consejo de Seguridad de la ONU programó una reunión sobre Oriente Medio para el miércoles.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, expresó el pleno apoyo de Estados Unidos a Israel y calificó el ataque de Irán de "ineficaz", además dijo que había un debate abierto sobre cómo responderá Israel y que hablará con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
Funcionarios israelíes prometieron consecuencias por el ataque.
"Responderemos dónde sea, cuándo sea y cómo sea que elijamos, de acuerdo con la directiva del Gobierno de Israel", dijo el contraalmirante israelí Daniel Hagari.
Washington respaldó a su viejo aliado. "Hemos dejado claro que habrá consecuencias, graves consecuencias, por este ataque, y trabajaremos con Israel para que así sea", dijo el portavoz Jake Sullivan en una sesión informativa en la Casa Blanca.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y algunos otros ministros tenían previsto reunirse en un búnker cerca de Jerusalén, para un gabinete de seguridad, dijeron funcionarios israelíes.
El Ministerio de Asuntos Exteriores iraní afirmó que su operación era defensiva y sólo iba dirigida contra instalaciones militares y de seguridad israelíes. Antes, la agencia estatal de noticias iraní había afirmado que Teherán había atacado tres bases militares israelíes.
Irán instó al Consejo de Seguridad de la ONU a actuar.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, condenó lo que calificó de "escalada tras escalada": "Esto debe terminar. Necesitamos un alto el fuego".
El jefe de la política exterior de la UE, Josep Borrell, también pidió un alto el fuego regional inmediato. "El peligroso ciclo de ataques y represalias corre el riesgo de descontrolarse", publicó en X.
Irán dijo que si Israel toma represalias, la respuesta de Teherán sería "más aplastante y ruinosa". El presidente iraní, Masoud Pezeshkian, dijo en un mensaje en las redes sociales: "Esto es sólo parte de nuestra capacidad. No entres en una confrontación con Irán".
Los precios del petróleo se dispararon un 5% tras la noticia de los ataques con misiles iraníes, que plantean la posibilidad de una guerra más amplia entre los dos archienemigos.
Una ronda anterior de misiles iraníes disparados contra Israel en abril, la primera de la historia, fue derribada con la ayuda del ejército estadounidense y otros aliados. Israel respondió en ese momento con ataques aéreos en Irán, pero se evitó una escalada más amplia.
Escalada en Líbano
Irán había prometido tomar represalias tras los ataques israelíes que mataron a los principales líderes de su aliado Hezbolá en el Líbano, incluido el líder de ese grupo, Hassan Nasrala, una figura destacada en la red de combatientes de Irán en toda la región.
Israel dijo durante la noche que sus tropas habían lanzado incursiones terrestres en el Líbano, aunque las describió como limitadas.
Más de mil libaneses han muerto y un millón han huido de sus hogares en semanas de intensos ataques aéreos israelíes.
En el último asesinato anunciado de una figura de alto rango de Hezbolá, Israel dijo que mató a Muhammad Jaafar Qasir, describiéndolo como un comandante encargado de las transferencias de armas de Irán y sus afiliados.
Cerca de la ciudad de Sidón, junto al Mediterráneo, al sur de Beirut, los deudos lloraban sobre los ataúdes que contenían los cuerpos envueltos en negro de personas muertas en ataques israelíes.
"El edificio fue derribado y no pude proteger a mi hija ni a nadie. Gracias a Dios, mi hijo y yo salimos, pero perdí a mi hija y a mi esposa, perdí mi casa, me he quedado sin hogar. ¿Qué quieren que les diga? Toda mi vida cambió en un segundo", dijo el residente Abdulhamid Ramadan.