La idea de que las armas nucleares ayudan a la paz es una falacia, dijo el copresidente de Nihon Hidankyo, una asociación japonesa de supervivientes de las bombas de Hiroshima y Nagasaki galardonada este viernes con el Nobel de la Paz.
"Se ha dicho que gracias a las armas nucleares, el mundo mantiene la paz. Pero las armas nucleares pueden ser utilizadas por terroristas", dijo Toshiyuki Mimaki a la prensa. "Por ejemplo, si Rusia las usa contra Ucrania, o Israel contra Gaza, la cosa no terminará ahí. Los politícos deberían saber esas cosas", agregó. Además, la asociación afirmó que Gaza está "como Japón hace 80 años".
En este contexto, el secretario general de la ONU, António Guterres, pidió a los líderes mundiales que eliminen todas las armas nucleares, que describió como "artefactos de muerte", después de que un grupo de supervivientes japoneses de la bomba atómica ganara el Premio Nobel de la Paz.
"Los supervivientes de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, también conocidos como hibakusha, son testigos abnegados y conmovedores del terrorífico coste humano de las armas nucleares", declaró Guterres en un comunicado.
"Es hora de que los líderes mundiales sean tan lúcidos como los hibakusha y vean las armas nucleares como lo que son: artefactos de muerte que no ofrecen seguridad ni protección. La única forma de eliminar la amenaza de las armas nucleares es eliminarlas por completo".
Sadako y el poder de las 1000 grullas
Sadako Sasaki fue una niña que sobrevivió al bombardeo atómico de Hiroshima, pero años después desarrolló leucemia como consecuencia de la radiación. Según una leyenda japonesa, si alguien dobla 1,000 grullas de papel, sus deseos se harán realidad. Sadako comenzó a hacer grullas de origami, deseando recuperarse y que el mundo nunca volviera a sufrir los horrores de la guerra nuclear. Aunque no logró completar las 1,000 grullas antes de fallecer, su historia se convirtió en un símbolo de la paz y la resistencia.
De acuerdo con el sitio oficial de la ONU , Sadako finalmente falleció habiendo creado casi 650 grullas de papel, pero sus amigos se encargaron de las que quedaban pendientes y fue enterrada en Hiroshima con ellas.
Con información de AFP