Una reciente encuesta de UnidosUS apunta que el 57% de los latinos se inclina por Harris este año, en tanto que el 34% lo hace por Trump. Este cambio refleja el desencanto que muchos votantes sienten debido al aumento del costo de vida y a las políticas migratorias que consideran ineficaces.
Barajas, por ejemplo, cree que las promesas de deportaciones masivas de Trump, en caso de llegar nuevamente a la Casa Blanca, solo impactarán "a los delincuentes". "Él no irá contra los trabajadores", afirma el empresario, quien durante la visita de Trump le explicó que muchos latinos lo desprecian por su retórica anti-inmigración.
Barajas no se lo toma personal. Y no es el único.
La mayoría de los hispanos en Estados Unidos cree que Trump no habla de ellos cuando acusa a los migrantes de cometer crímenes o de ser una amenaza para la sociedad, de acuerdo con una encuesta de The New York Times realizada este mes.
Esta percepción subraya una desconexión entre el discurso agresivo de Trump sobre inmigración y la realidad cotidiana de muchos latinos, quienes consideran que sus críticas se enfocan en casos extremos y no en la vasta mayoría trabajadora y respetuosa de las leyes.
"Mejorar la comunicación"
Por otro lado, la irrupción de Kamala Harris en la campaña ha ayudado a que los demócratas recuperen cierto terreno entre los latinos, en parte debido a su historia personal como hija de inmigrantes. "(Harris) es producto de padres inmigrantes", dijo Ricardo Fernández, de 54 años, para quien los demócratas necesitan mejorar su comunicación con la comunidad latina.
"Muchos latinos no están bien informados (...) sobre qué es lo que se está jugando aquí", sostiene Fernández. "Estamos hablando de una candidata que habla con afán de ayudar a la clase media y de un candidato (...) cuyo plan es fortalecer a los multimillonarios. Entonces, ¿el latino en dónde va a quedar? ¿Cuántos latinos son millonarios aquí en Estados Unidos?".
Estas preocupaciones son latentes en el norte de Las Vegas, un bastión latino donde funciona el Broadacres Market, un enorme y colorido mercado de pulgas. Allí, los trabajadores, en su mayoría hispanos, reiteran que la economía y, para algunos, la falta de documentos son las prioridades en estas elecciones.
Carlos Reyes, de 57 años y a cargo de un puesto de camisetas en este mercado, afirma que se siente más inclinado a apoyar a Harris porque "empezó como cualquiera, desde abajo". Sin embargo, sigue indeciso a dos semanas de la elección. "¿Qué le falta?", se pregunta. "Escuchar a Trump".