Para Trump, el sistema internacional es, ante todo, un espacio de rivalidad, donde los acuerdos representan intercambios estratégicos más que compromisos de cooperación a largo plazo.
El regreso de Trump: la imagen del "hombre fuerte" y su impacto en la política internacional
Donald Trump y otros líderes mundiales
NETANYAHU - TRUMP - REUNIÓN
(Foto de archivo) La relación entre Netanyahu y Trump fue fundamental para muchos israelíes, quienes veían en el expresidente un aliado más firme en cuestiones clave como la seguridad y la política exterior, prefiriéndolo por encima de Kamala Harris en las elecciones de 2024.
Tom Brenner/REUTERS
DONALD - TRUMP - Y - JAVIER - MILEI
(Foto de archivo) La relación entre Trump y Milei ha sido de respaldo mutuo, marcada por la admiración por sus posturas contra el establishment político y por su enfoque en la economía de mercado, con un discurso similar sobre la necesidad de cambios drásticos.
HANDOUT/AFP
TRUMP - KIM JONG-UN - RELACIONES
(Foto de archivo) Trump rompió con la tradición diplomática al convertirse en el primer presidente estadounidense en visitar Corea del Norte, un gesto que reflejó la cercanía y el diálogo directo que caracterizaron su relación con Kim Jong Un
Handout/Getty Images
VLADIMIR - PUTIN - DONALD - TRUMP
(Foto de archivo) Donald Trump y Vladimir Putin han mantenido una relación cercana y de mutuo respeto, destacada por los elogios del presidente estadounidense hacia el líder ruso. A pesar de las críticas internacionales, Trump ha defendido repetidamente su enfoque hacia Rusia, buscando estrechar lazos durante su mandato.
Chris McGrath/Getty Images
Esta visión redefine las expectativas para las alianzas diplomáticas de Estados Unidos y desafía los principios de cooperación y diplomacia que sostienen el sistema internacional. En su rol de “hombre fuerte”, Trump se proyecta como un líder dominante que valora a otros líderes que comparten una visión de poder centralizado.
Su vicepresidente, J.D. Vance, quien comparte una postura incluso aún más conservadora y rígida en temas de género y derechos humanos, refuerza este enfoque.
Durante su mandato anterior, Trump construyó relaciones cercanas con líderes —comúnmente catalogados como autoritarios— como Kim Jong-un en Corea del Norte y Vladimir Putin en Rusia, quienes, al igual que él, centralizan el poder y a quiénes abiertamente "admira".
También, se alineó con Netanyahu en decisiones clave que fortalecieron la posición de Israel en Medio Oriente, como el polémico traslado de la embajada estadounidense a Jerusalén. En Netanyahu, Trump encontró un aliado con una visión similar sobre el papel central de la seguridad y el nacionalismo, factores que moldearon sus decisiones estratégicas y que parecen definir sus relaciones diplomáticas.
En el contexto actual, esta estrategia podría ampliarse a otros líderes conservadores en América Latina, como el presidente argentino Javier Milei , quien comparte posturas nacionalistas y un enfoque de gobierno proteccionista y con quien ya se ha reunido en diversas ocasiones.
Este posible bloque conservador podría generar cambios en la dinámica regional, priorizando un proteccionismo económico y una postura anti-inmigrante. No obstante, este acercamiento plantea riesgos para los derechos humanos y podría impactar negativamente en el tratamiento de temas de género, ya que estos líderes suelen compartir una visión restrictiva en este ámbito.
En contraste, el enfoque de Trump hacia líderes femeninas en el escenario internacional ha sido notablemente distinto. Durante su primer mandato, Trump mantuvo una relación tensa con figuras como Angela Merkel, entonces canciller de Alemania, quien a pesar de ser conservadora, defendía una política multilateral y progresista en derechos humanos y género, chocando directamente con su visión.