"Lamento decir que este documento no es más que una ilusión óptica", dijo Chandni Raina, representante de la delegación india, en la sesión plenaria de clausura de la cumbre, minutos después de que se aprobó el acuerdo. "En nuestra opinión, esto no abordará la enormidad del reto al que todos nos enfrentamos".
El acuerdo, alcanzado en una jornada extraordinaria de la conferencia de dos semanas en la capital de Azerbaiyán, debía impulsar los esfuerzos internacionales para frenar el calentamiento global en un año destinado a ser el más caluroso en los registros. En su lugar, frustró a los países en desarrollo frustrados.
El nuevo objetivo sustituye al anterior compromiso de los países desarrollados de aportar 100.000 millones de dólares anuales a la financiación de los países más pobres para 2020. Ese objetivo se cumplió con dos años de retraso, en 2022, que y expira en 2025.
La cumbre debía haber concluido el viernes, pero se ha prolongado más de lo previsto porque los negociadores de casi 200 países -que deben adoptar el acuerdo por consenso- trataban de consensuar un plan mundial de financiación climática para la próxima década.
No estaba claro si la oferta revisada sería suficiente para llegar a un acuerdo, pero los negociadores de los países en desarrollo y las naciones insulares mostraron el sábado su frustración por un proceso que, en su opinión, no era inclusivo, y abandonaron temporalmente las conversaciones.
Los países en desarrollo ya habían tachado de insultantemente baja una propuesta de acuerdo de 250.000 millones de dólares elaborada el viernes por la presidencia azerbaiyana de la COP29.
Las conversaciones de la COP29 han puesto de manifiesto las divisiones entre los Gobiernos ricos, limitados por sus ajustados presupuestos nacionales, y los países en desarrollo, que se tambalean por los crecientes costos de las tormentas, inundaciones y sequías provocadas por el cambio climático.
El nuevo objetivo sustituye al anterior compromiso de los países desarrollados de aportar 100.000 millones de dólares anuales a la financiación de los países más pobres para 2020. Ese objetivo se cumplió con dos años de retraso, en 2022, y expira en 2025.
Cinco fuentes con conocimiento de las discusiones a puerta cerrada afirmaron que la UE había acordado aceptar la cifra más alta. Dos de las fuentes afirmaron que Estados Unidos, Australia y Gran Bretaña también estaban de acuerdo.
Un portavoz de la Comisión Europea y otro del Gobierno australiano no quisieron hacer comentarios sobre las negociaciones. La delegación estadounidense en la COP29 y el Ministerio de Energía británico no respondieron inmediatamente a las peticiones de comentarios.
A falta de una actualización formal del borrador del acuerdo por parte de la presidencia de la COP29, el ambiente era tenso entre los grupos negociadores.
"No hay claridad sobre el camino a seguir. No hay claridad sobre la voluntad política que necesitamos para salir de esto", dijo el negociador principal de Panamá, Juan Carlos Monterrey Gómez.
Los representantes de los países menos adelantados (PMA) y de los pequeños Estados insulares abandonaron frustrados la sala de negociaciones, pero afirmaron que seguían comprometidos con la búsqueda de un acuerdo.
"Nos hemos retirado temporalmente, pero seguimos interesados en las conversaciones hasta que consigamos un acuerdo justo", dijo el presidente del bloque de los PMA, Evans Njewa, en un mensaje en 𝕏.