La misma fuente indica que los ingresos de las propuestas de aranceles del 10%/60% de Trump totalizarían alrededor de 225,000 millones de dólares al año en dólares actuales.
Esta política puede producir grandes daños a la economía estadounidense.
“Para empezar, costaría empleos, provocaría la inflación, aumentaría los déficits federales y causaría una recesión. También alejaría la carga fiscal de los adinados, aumentando sustancialmente la carga fiscal sobre los pobres y la clase media”, indicó el Instituto Peterson.
A nivel internacional, estas medidas pueden antagonizar con los aliados y socios estadounidenses, lo que provocará nuevas guerras comerciales mundiales y dañará el bienestar económico mundial, dando como resultado seguridad nacional más vulnerable.
El Instituto Peterson señala que esta políticarobablemente también desestabilizaría el sistema financiero global.
México, una víctima colateral
El impacto que esta iniciativa tendría en los países que hacen negocios con los Estados Unidos sería considerable, sin embargo, en México, país vecino y uno de sus principales socios comerciales, podría ser mayor, incluso sin contar con el aumento en los aranceles a los bienes que importa a este país.
“En primer lugar, si la reforma fiscal en Estados Unidos es aprobada por el Congreso estadounidense, sin aplicar ningún cambio al borrador que el gabinete de Trump ha dado a conocer, México automáticamente perdería competitividad”, indica Eduardo Barrón, socio de Impuestos Internacionales de Deloitte, en un artículo.
Ante este panorama, uno de los caminos que México podría seguir es el de reducir su tasa de impuesto corporativo, aunque esta situación necesariamente implicaría un incremento en las tasas de impuestos indirectos o en las tasas de impuestos a las personas físicas.