"El terrorismo sólo entiende el lenguaje de la fuerza y es con este lenguaje que lo romperemos y lo eliminaremos, sean cuales sean sus partidarios y sus promotores", afirmó Asad.
El grupo Hayat Tahrir al Sham (HTS) y otras facciones rebeldes aliadas "controlan Alepo, excepto los barrios bajo control de las fuerzas kurdas", dijo a AFP Rami Abdel Rahman, director del OSDH, una oenegé con sede en Reino Unido que cuenta con una amplia red de informadores en el terreno.
Se trata de los enfrentamientos de mayor magnitud en varios años en Siria, donde la guerra civil estalló en 2011 después de que el gobierno de Asad reprimiera brutalmente protestas pacíficas.
Ese levantamiento popular derivó en una guerra abierta en la que se imolicaron potencias regionales y mundiales y grupos yihadistas, que ha dejado medio millón de muertos, millones de desplazados y un país fragmentado.
Los insurgentes liderados por el HTS controlan amplias franjas de territorio en la provincia de Idlib, en el noroeste, y algunas zonas en Alepo, de Hama, en la zona central, y de Latakia, con salida al Mediterráneo.
Los kurdos sirios instauraron por su lado una autoridad autónoma apoyada por una fuerza militar en franjas del noroeste.
El régimen sirio, con el apoyo de Rusia y de Irán, comenzó una contraofensiva en 2015 que le permitió recuperar progresivamente el control de gran parte del país.