Uno de los casos más conocidos es el indulto que Gerald Ford le concedió a Richard Nixon en 1974 para evitar que lo llevaran a juicio después del escándalo de Watergate. Este e “indulto completo, libre y absoluto” fue extraordinariamente amplio. Abarcaba todos los delitos federales que Nixon “cometió o pudo haber cometido” durante su presidencia, en vez de listar asuntos o categorías de actividades específicos.
En 1993, el presidente George Bush indultó a seis funcionarios del gobierno de Ronald Reagan porque “su conducta se relacionaba con el escándalo Irán-Contra”, un caso en el que altos funcionarios estadounidenses vendieron armas a Irán, país sobre el que pesaba un embargo.
Los indultos de Bush incluían al exsecretario de Defensa, Caspar W. Weinberger, quien estaba a punto de ir a juicio por acusaciones de haberle mentido al Congreso. El fiscal especial de este caso, Lawrence E. Walsh, planeaba indagar en el proceso si Bush, quien fue vicepresidente de Reagan, había estado más involucrado en el caso.
El sucesor de Bush, el demócrata Bill Clinton, también hizo un uso polémico del indulto. En su último día en la Casa Blanca, el 19 de enero de 2001, Clinton emitió una serie de indultos controversiales, entre ellos el de su medio hermano Roger Clinton por una condena relacionada con cocaína en 1985, por la cual había estado alrededor de un año en prisión, y el de Susan McDougal, quien alguna vez fue socia de negocios de Clinton y había sido encarcelada como parte de la controversia Whitewater.
Pero quizás quien tiene una lista más larga de indultos polémicos es el expresidente Donald Trump. Durante su presidencia, entre 2017 y 2021, el republicano emitió una serie de indultos para personas que pertenecían a un círculo.
Steve Bannon, Roger Stone y Charles Kushner son solo algunos de los personajes a los que Trump concedió indultos y que causaron un escándalo.
Trump ha dado a entender que podría usar su poder de indulto para perdonar a los involucrados en el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.