La coalición tripartita de Scholz se desmoronó en noviembre tras la salida del partido promercado de los Demócratas Libres por una disputa sobre la deuda, dejando a los socialdemócratas y a los verdes sin una mayoría parlamentaria justo cuando Alemania se enfrenta a una crisis económica cada vez más profunda.
Según las normas diseñadas para evitar la inestabilidad que facilitó el ascenso del fascismo en la década de 1930, el presidente solo puede disolver el Parlamento y convocar elecciones si la canciller convoca y pierde una cuestión de confianza.
El presidente Frank-Walter Steinmeier ha dicho que actuará en consecuencia tras la votación del lunes y ha acordado con los partidos parlamentarios el 23 de febrero como fecha para la celebración de elecciones anticipadas.
Scholz y sus ministros permanecerán en el cargo en funciones hasta que se forme un nuevo Gobierno, lo que podría llevar meses si las negociaciones para formar una coalición se alargan.
Scholz ha esbozado una lista de medidas que podrían aprobarse con el apoyo de la oposición durante ese periodo, incluidos 11,000 millones de euros (11.550 millones de dólares) de recortes fiscales y un aumento de las prestaciones por hijos a cargo, ya acordado por los antiguos socios de coalición.
También se debaten medidas para proteger mejor al Tribunal Constitucional de las maquinaciones de un futuro gobierno populista o antidemocrático, recortar los precios de la energía y prorrogar un popular billete de transporte subvencionado.