Este martes 4 de febrero partirá un primer avión militar de Estados Unidos que transportará a migrantes detenidos para ser trasladados a la Bahía de Guantánamo, afirmaron funcionarios estadounidenses. El Gobierno del presidente Donald Trump se prepara para albergar a decenas de miles de migrantes en la base naval en Cuba.
El vuelo a Guantánamo se suma a otros de aviones militares que ya han deportado migrantes a Guatemala, Perú, Honduras e India.
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Aunque Trump sostuvo días atrás que la instalación albergaría hasta 30,000 migrantes, el zar de las fronteras, Tom Homan, afirmó en días pasados que probablemente empezarían con un número reducido, de acuerdo con The Washington Post.
La base naval estadounidense de Guantánamo ya alberga una instalación para migrantes -separada de la prisión de alta seguridad para extranjeros sospechosos de terrorismo- que se ha utilizado en ocasiones durante décadas, incluso para retener a haitianos y cubanos recogidos en el mar.
Guantánamo ha sido destino de migrantes interceptados en el mar y desde 2002 alberga presos sospechosos de terrorismo aprehendidos tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
¿Pero, qué implicaciones legales tiene este plan?
¿Qué papel tiene el ejército?
El mandatario estadounidense ordenó habilitar las instalaciones de la base de Guantánamo para albergar a 30, 000 migrantes. Algunos "son tan malos que ni siquiera confiamos en que los países los retengan, porque no queremos que regresen", dijo Trump.
De acuerdo con un informe de la Fundación Heritage sobre Seguridad Fronteriza, "las instalaciones militares estadounidenses pueden desempeñar un papel central en la gestión del flujo de migrantes retornados".
El servicio de Imigración y Control de Aduanas cuenta con presupuesto para "41,500 camas, una cifra que tendrá que aumentar significativamente" para cumplir con el plan de Trump y realizar "la mayor operación de deportación masiva de la historia".
Estados Unidos dispone actualmente de 16 bases militares en su territorio para albergar a migrantes.
Instalada en 1903 en un área de 117 km2 en el extremo este de Cuba, la base de Guantánamo hospedó en la década de los 1990 a decenas de miles de cubanos y haitianos interceptados en el mar. Muchos haitianos fueron devueltos tras años de retención.
El gobierno de George W. Bush abrió también en ese sitio un centro de detención para confinar prisioneros denominados como "combatientes enemigos", a quienes se les negaron los derechos que presos en suelo estadounidense. Actualmente quedan 15 de los casi 800 prisiones acusados de terrorismo que pasaron por ahí tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Los balseros siguieron llegando en menor medida a una prisión separada en la misma base. El diario The New York Times informó en septiembre que entre 2020 y 2023 estuvieron en esas instalaciones unos 37 migrantes.
Esta sería la primera vez que un centro de detención fuera de territorio estadounidense reciba "la deportación masiva de personas (que están) viviendo en Estados Unidos", dice a AFP Hannah Flamm, directora interina de políticas de la ONG Proyecto Internacional de Ayuda para Refugiados (IRAP).