Publicidad
Publicidad

Estados Unidos alimenta la guerra en Gaza y se beneficia de esta.

El respaldo inquebrantable de Estados Unidos a Israel perpetúa el conflicto en Medio Oriente, beneficiando intereses geopolíticos y económicos a costa de la autodeterminación palestina.
vie 14 febrero 2025 05:27 AM
estados-unidos-se-beneficia-de-la-guerra
El presidente de EU, Donald Trump, se reúne con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, en el Despacho Oval de la Casa Blanca en Washington, DC, el 4 de febrero de 2025.

Donald Trump ha planteado una idea que ha generado indignación global: que Estados Unidos tome el control de la Franja de Gaza y la convierta en "la Riviera del Medio Oriente" . "A todo el mundo le encanta esta idea", afirmó el presidente estadounidense, insistiendo en que reconstruirá el enclave devastado y lo transformará en un destino turístico de lujo. "La poseeremos y seremos responsables de desmantelar todas las peligrosas bombas sin explotar y otras armas que hay en este lugar" añadió.

Sin embargo, detrás de sus declaraciones, hay una realidad innegable: la guerra en Gaza es un negocio, y Washington es uno de sus mayores beneficiarios.

Publicidad

¿Cuales son los antecedentes?

El origen de este conflicto se remonta a la Declaración Balfour de 1917, en la que Reino Unido ofreció un “hogar nacional” al Pueblo Judío en Palestina tras la Primera Guerra Mundial. Luego la partición propuesta por la Liga de Naciones (antecesora de la ONU) en 1947 y la posterior declaración del Estado de Israel el 14 de mayo de 1948 generaron un rechazo vehemente en la comunidad árabe.

El rechazo de esta división sentó las bases para décadas de inestabilidad, exacerbada por la constante confrontación entre discursos propalestinos y el lobby sionista —un grupo político que sostiene que el pueblo judío debe tener su propio Estado en la tierra prometida alrededor de Jerusalén—.

Esta crisis se intensificó con el ataque del 7 de octubre de 2023, cuando Hamás lanzó una ofensiva contra Israel que dejó miles de muertos y heridos, desatando una respuesta militar masiva por parte de Tel Aviv. La ofensiva israelí, que incluyó bombardeos sobre Gaza, bloqueos totales y un asedio sin precedentes, elevó la violencia en la región.

"Este ataque no solo fue un punto de inflexión en el conflicto, sino que también justificó ante la comunidad internacional una escalada bélica que Israel ya venía preparando", explica Irais Fuentes, profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. "El asedio sobre Gaza y Cisjordania se intensificó, consolidando aún más la narrativa de seguridad que utiliza Israel para perpetuar su ocupación".

Estados Unidos e Israel

En el año fiscal 2023 —el dato más reciente—, Estados Unidos destinó 3,300 millones de dólares a Israel a través del programa de financiamiento militar (FMF), según datos del U.S. Foreign Assistance. Este apoyo ha variado a lo largo de los años: alcanzó su punto más alto en 2003, con 3,700 millones de dólares, coincidiendo con la invasión de Irak y la intensificación de la "guerra contra el terrorismo" tras los atentados del 11 de septiembre, y luego disminuyó a 2,400 millones en 2009.

A la par, el Banco Mundial muestra un crecimiento constante del valor del PIB de Israel en dólares actuales desde 1985, aunque a partir de 2003 este aumento se aceleró, hasta experimentar una reciente caída debido al impacto de la guerra.

Publicidad

La conexión entre Estados Unidos e Israel va mucho más allá del financiamiento militar.

Fuentes explica que "el complejo militar-industrial estadounidense ha sido uno de los grandes beneficiados de este conflicto. La militarización de Medio Oriente ha incrementado exponencialmente las ventas de armas no solo a Israel, sino también a países como Arabia Saudita y Egipto". Este fenómeno no es casualidad, sino parte de una estrategia en la que "las corporaciones militares ejercen presión para que el conflicto no termine y las relaciones comerciales y estratégicas se mantengan intactas".

En 2017, durante el primer mandato de Donald Trump se reconoció a Jerusalen como la capital del Estado israelí, mientras que el presidente dijo que se "estaba reconociendo lo obvio". El primer ministro Netanyahu celebró la decisión afirmando que “no hay paz sin Jerusalén como capital”, el presidente palestino Mahmoud Abbas condenó enérgicamente la medida: "Estas medidas ayudan a que organizaciones extremistas puedan librar una guerra santa que perjudica a toda la región".

A esto se suma el papel del lobby sionista, que, según la docente, "tiene una presencia bastante fuerte en Estados Unidos y a nivel global. Financia campañas, proporciona respaldo político e institucional y ejerce presión sobre distintos gobiernos para evitar que se pronuncien en favor de la causa palestina". Esta influencia, explica, no solo es económica, sino también política: "Los vínculos del lobby sionista con empresarios, políticos y tomadores de decisiones hacen que cualquier intento de condena internacional contra Israel sea bloqueado".

Irais Fuentes recalca que "cuando hablamos de la cuestión palestina, no se puede hablar solamente de Israel. Está implicado directamente Estados Unidos. Desde 1948 hasta la actualidad, con un punto de inflexión en 1967, hay más de 40 tratados y resoluciones entre Estados Unidos, Israel y Palestina, y la mayoría de estos acuerdos han legitimado la ocupación israelí, no han sido pasos hacia la paz". Además, menciona que Washington ha utilizado su derecho a veto en todas las ocasiones en las que la cuestión palestina ha sido llevada al Consejo de Seguridad de la ONU, bloqueando cualquier intento de resolución que favorezca a Palestina.

Publicidad

Patricia Marín, profesora de Relaciones Internacionales en la Ibero Puebla, advierte que "Trump y Netanyahu han construido un discurso que presenta la ofensiva israelí como una lucha legítima por la seguridad cuando en realidad se trata de una estrategia de ocupación y desplazamiento forzado". A su vez, destaca que "el hecho de que Estados Unidos condicione su respaldo a la liberación de rehenes israelíes, pero ignore sistemáticamente el sufrimiento de los palestinos, muestra un doble estándar que desacredita su papel como mediador internacional.

A largo plazo, esta relación no solo perpetúa la guerra, sino que refuerza la dependencia israelí del apoyo estadounidense. "Sin la asistencia financiera, la ocupación israelí sobre los territorios palestinos no sería sostenible. Es una relación de mutua conveniencia: Israel actúa como enclave estratégico de EU en Medio Oriente y, a cambio, recibe respaldo político, militar y económico practicamente ilimitado", concluye Marín.

Presión económica

La influencia de Washington se extiende más allá de Israel. Países como Egipto y Jordania, con profundas raíces históricas vinculadas a la cuestión palestina, dependen en gran medida del apoyo financiero estadounidense. En 2023, Jordania recibió aproximadamente 1,600 millones de dólares –incluyendo transferencias directas y financiamiento militar–, mientras que Egipto obtuvo alrededor de1,500 millones, con 1,215 millones provenientes exclusivamente del programa FMF.

Aunque ambos gobiernos han rechazado públicamente la idea de reubicar forzosamente a los palestinos, la amenaza de recortar el apoyo económico es latente. Patricia Marín afirma: "Estados Unidos ha buscado mantener a Egipto como aliado a través de su dependencia financiera, particularmente en términos de seguridad y asistencia militar".

Irais Fuentes explica que esta dependencia no es nueva: "La relación de Estados Unidos con Egipto se ha basado en una dependencia económica desde 1979, cuando firmaron los acuerdos de Camp David. Desde entonces, Estados Unidos se comprometió a proporcionar ayuda financiera y militar, permitiéndole a Egipto mantener su ejército y reforzar su liderazgo en la región".

Patricia Marín añade que "la respuesta de Egipto ha sido dual: por un lado, mantiene su rechazo a las declaraciones de Trump sobre el desplazamiento forzado de palestinos y ha convocado a una reunión de la Liga Árabe para reforzar su postura, pero, por otro lado, sigue asegurando a Estados Unidos que su relación es firme y estable, porque no puede arriesgarse a perder el financiamiento militar y estratégico".

Jordania, en una situación similar, enfrenta una crisis humanitaria con más de 2 millones de refugiados palestinos registrados. "Desde antes del genocidio de 2023, Jordania ya tenía una gran población de refugiados palestinos. Su infraestructura y administración siempre han tenido que adaptarse a esta realidad, pero no cuenta con los mecanismos ni los recursos para absorber un desplazamiento masivo", explica Fuentes. "Si el plan de Trump se concretara, traería contradicciones y crisis no solo en Jordania y Egipto, sino en toda la región".

Esta presión económica también responde a un patrón de intervención más amplio. Estados Unidos ha utilizado históricamente la ayuda financiera como una herramienta de control este tipo de maniobras refuerzan la dependencia y crean una relación de chantaje político, donde la asistencia no es gratuita, sino un medio para ejercer influencia.

La unidad árabe se convierte en un factor clave. "Si estos países logran consolidar una estructura de respaldo económico, podrían disminuir la presión estadounidense y fortalecer su autonomía en la región", explica Fuentes.

¿Entonces qué gana Estados Unidos?

Más allá de la retórica de Trump, el respaldo de Estados Unidos a Israel no es reciente. Se ha consolidado a lo largo de décadas y responde tanto a razones estratégicas como económicas. Patricia Marín lo resume con claridad: "El conflicto en Gaza no es solo un enfrentamiento militar, sino un negocio. Las ventas de armas han aumentado exponencialmente y Estados Unidos es el principal beneficiado de esta guerra prolongada". La militarización de la región, ha sido un objetivo estratégico de Washington durante décadas.

Estados Unidos obtiene múltiples beneficios con su estrategia en la región. Al consolidar a Israel como su bastión en Medio Oriente, Washington asegura el control de rutas estratégicas como el Canal de Suez y fortalece su posición como actor hegemónico. Además, la cancelación de ayudas humanitarias –que superan los 40,000 millones anuales destinados a sostener la vida en Gaza y Cisjordania– pone de manifiesto que, detrás de cada medida, existe un interés por perpetuar un statu quo favorable al complejo militar-industrial y a las relaciones económicas bilaterales.

Un punto clave en la estrategia de Washington fue el recorte de fondos a la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA). "Esta decisión busca perpetuar la crisis humanitaria en Gaza y Cisjordania", explica Fuentes. "La UNRWA depende en gran parte del financiamiento estadounidense para proporcionar servicios básicos a millones de palestinos desplazados. Retirar esos fondos significa privar a la población palestina de atención médica, educación y ayuda alimentaria, lo que profundiza su vulnerabilidad y dependencia".

Más allá del impacto humanitario, la cancelación de la ayuda humanitaria también tiene implicaciones estratégicas. "Trump y Netanyahu han tejido una alianza ultraconservadora en la que el apoyo incondicional de Estados Unidos a Israel es un elemento clave para rediseñar la región.

Patricia Marín concluye: "Lo que está en juego aquí no es solo la soberanía palestina, sino el control de toda una región estratégica que ha sido utilizada como tablero de ajedrez por potencias extranjeras. Sin embargo, la creciente presión de la comunidad internacional y la movilización global por Palestina han puesto en jaque esta estrategia. El alto al fuego temporal no debe verse como una solución, sino como una pausa en un conflicto que sigue determinado por intereses económicos y políticos más amplios".

Más allá de la aparente resolución momentánea, la situación en Palestina es el reflejo de una lucha geopolítica compleja en la que las decisiones externas han marcado el rumbo de la región. La cuestión palestina no solo se reduce a una cuestión territorial, sino a un problema global que desafía los principios de justicia, autodeterminación y derechos humanos.

Newsletter

Únete a nuestra comunidad. Te mandaremos una selección de nuestras historias.

Publicidad

Publicidad