Estas declaraciones se produjeron mientras el vicepresidente, JD Vance, se encuentra en una visita a la isla, programada para centrarse en una base militar estadounidense en Pituffik, dentro de un enfoque específico en la seguridad del Ártico. La decisión de reducir la agenda de la visita fue recibida con aprobación por parte del gobierno danés, al considerar que la visita sin una agenda de mayores implicaciones diplomáticas era menos conflictiva.
Trump, sin embargo, no se limitó a hablar de la base, sino que afirmó que "es una isla que necesitamos desde un punto de vista defensivo e incluso ofensivo", lo que generará nuevas tensiones entre los gobiernos de Dinamarca y Estados Unidos.
Estas palabras no son una novedad en la política exterior estadounidense, pues ya en 2019 Trump inentó negociar la compra de Groenlandia, propuesta que fue rechazada categóricamente por el gobierno danés.
Reacción de Dinamarca
La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, respondió a los comentarios de Trump. Destacó la dificultad de la situación, al tiempo que recalcó que el territorio no está en venta.
"No nos engañemos. El interés del presidente Trump por Groenlandia no va a desaparecer", escribió Frederiksen en su cuenta de Facebook.
La primera ministra reafirmó que el gobierno de Dinamarca aclaró a EU en varias ocasiones que "Groenlandia no está en venta" y que los groenlandeses no desean formar parte de Estados Unidos.
"Se les ha comunicado sin ambigüedades, tanto directamente como en público", agregó.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores danés, Lars Løkke Rasmussen, calificó de "muy positivo" que Estados Unidos hubiera limitado la visita a la base militar.
En declaraciones a la radio pública DR, subrayó que el hecho de que Vance y su delegación solo visiten una instalación estadounidense y no participen en actividades sociales con la población groenlandesa es un desarrollo favorable para la relación bilateral.