El anuncio de Nueva Delhi se produce después del atentado perpetrado el 22 de abril en la Cachemira india, donde murieron 26 personas. Desde entonces, la comunidad internacional advirtió sobre un posible aumento de hostilidades entre India y Pakistán.
El ejército pakistaní denunció que las fuerzas armadas indias atacaron "tres regiones" dentro de su territorio. Mencionó las ciudades de Muzaffarabad y Kolti, en la Cachemira pakistaní, así como Muridke y Bahawalpur, en la provincia de Punyab, según declaró a AFP un militar pakistaní de alto rango.
De acuerdo con el ministro pakistaní de Defensa, Khawaja Asif, los 24 bombardeos dejaron al menos "ocho civiles muertos, incluyendo un niño".
Corresponsales de AFP en Cachemira y Punyab reportaron escuchar fuertes explosiones en varias zonas, mientras que periodistas ubicados en el lado indio de la Línea de Control —la frontera de facto entre ambos países en la región— también reportaron múltiples detonaciones, cada vez más cercanas.
"Responderemos en el momento que elijamos"
Ante la agresión, el portavoz del ejército pakistaní, teniente general Ahmed Chaudhry, lanzó una advertencia: "Responderemos en el momento que elijamos".
El gobierno de Pakistán convocó a su Comité de Seguridad Nacional a las 05:00 GMT de este miércoles (23:00 del martes, tiempo del Centro de México), anunció el ministro de Información, Ataullah Tarar. El comité está compuesto por responsables civiles y militares de alto rango.
Desde Nueva Delhi, las fuerzas armadas indias afirmaron en su cuenta de X que respondieron “de forma apropiada y calibrada”. En la misma línea, el gobierno aseguró que “nuestra acción es específica, equilibrada y busca evitar cualquier escalada. No se apuntó contra ninguna instalación militar pakistaní”.
Una de las zonas atacadas fue la mezquita Subhan, en Bahawalpur. Según los servicios de inteligencia indios, el lugar está vinculado a grupos cercanos a Lashkar-e-Taiba (LeT), un movimiento yihadista radicado en Pakistán y sospechoso de haber organizado los atentados de Bombay en 2008, en los que murieron 166 personas.
El gobierno indio defendió la operación señalando que ejercieron “moderación considerable” y reiteró su compromiso de hacer que “los responsables del ataque (de abril) rindan cuentas”.
En respuesta a la agresión, un militar pakistaní citado por AFP afirmó: “Habrá una respuesta hiriente pronto, esto no se quedará así”.