Un reto económico
Las elecciones se celebran en un momento crítico para la economía de 50,000 millones de dólares de Bolivia.
La escasez de alimentos, de combustibles y de dólares exacerban el malestar en Bolivia. La inflación acumulada del último año ronda el 25%, la más alta al menos desde 2008. La mayoría culpa de la debacle al impopular gobierno de Luis Arce.
"Nuestra situación está realmente (...) por los suelos. Nuestra moneda se ha devaluado, los sueldos no alcanzan, todo está carísimo", dice a la AFP Freddy Millán, un ingeniero de 53 años que vive en la ciudad de Santa Cruz. Una "gran mayoría quiere el cambio porque está cansada de esta política del socialismo", añade.
Los déficits fiscales financiados por el banco central se han convertido en un importante punto de conflicto.
El gobierno de Arce casi ha agotado sus reservas internacionales de dólares para sostener su política de subsidios. Importa gasolina y diésel y algunos insumos como el trigo, para hacer la harina panadera, y los vende a menor precio en el mercado interno.
Pero sin divisas para estas compras internacionales, la disponibilidad de estos bienes se ha vuelto inconstante y se generan largas filas.
Los ingresos por exportaciones de gas —una importante fuente de divisas para el gobierno— han menguado y el banco central se ha visto obligado a gastar sus valiosas reservas para defender la paridad del boliviano con el dólar. La brecha entre los tipos de cambio paralelos y oficiales se disparó al 80%, según el FMI.
De acuerdo con el gobierno, el año pasado las ventas de este hidrocarburo solo representaron 1.600 millones de dólares, mientras que los desembolsos que la administración hizo al exterior, por deuda externa e importaciones, alcanzaron los 5,000 millones.
El valor de la divisa estadounidense se duplicó en el mercado paralelo y disparó el precio de varios productos básicos.
El economista Napoleón Pacheco, profesor de la estatal Universidad Mayor de San Andrés, indica que los bolivianos ahora son más pobres en general.
"Lo poco que se había ganado en los años anteriores se ha ido perdiendo porque la economía se ha contraído", ha crecido la informalidad laboral y la inflación, señaló en entrevista con AFP.
Un estudio de la boliviana Fundación Jubileo advierte que la pobreza actual sería de 44% si se toma en cuenta la subida del costo de vida, una cifra mucho mayor a la que reporta el gobierno (36%).
"Yo diría que estamos al borde de iniciar un proceso hiperinflacionario", dice Pacheco, pues el gobierno busca estabilizar la economía a través de la emisión de moneda local. Entre 2023 y 2024, la masa de dinero circulante creció en 20%.
Según el especialista, para contener la crisis son necesarias medidas de shock, como un cambio en la política de subvenciones y el cierre de empresas públicas deficitarias.
"Yo creo que viene un período, parafraseando a Churchill, de sangre, sudor y lágrimas. Hay que abrocharnos los cinturones", concluye.
Con información de AFP y Reuters