“Para controlar el gasto y alcanzar el superávit, el ajuste se concentró en las jubilaciones, pensiones y salarios de los empleados públicos. Y cuando hablamos de empleados públicos hablamos de maestros, maestras, médicos y de toda la burocracia estatal”, dijo Capraro.
“Entonces es un superávit que se generó, que no lo pagó la casta como dijo que lo iba a pagar, sino que lo están pagando los trabajadores del sector público y los jubilados, los jubilados de Argentina”, aseguró el profesor de la UNAM.
Gracias a la drástica baja en la inflación que logró, Milei espera imponerse con autoridad en las elecciones legislativas, para generar confianza entre inversores de que podrá mantener su plan ortodoxo y frenar los intentos del Congreso —hoy en manos de la oposición— de aprobar leyes que comprometan el equilibrio fiscal.
Pero el plan podría trastabillar con un resultado adverso.
El primer desafío será el 7 de septiembre, cuando el mandatario de la derecha radical enfrente al poderoso peronismo de centroizquierda en su bastión histórico: la provincia de Buenos Aires, el principal distrito del país, con el 40% del total de votantes.
Si bien se tratará de una elección para el parlamento provincial —gobernada por el peronista Axel Kicillof—, marcará el tono para los comicios nacionales de medio término en octubre.
"La situación en la provincia de Buenos Aires está empardada entre el peronismo y La Libertad Avanza (el partido de Milei)", explicó a Reuters Shila Vilker, directora de la encuestadora, quien añadió que el espacio del mandatario cuenta con una intención de voto levemente inferior a ese 44% en la provincia.
Aunque gran parte de la población reconoce como un logro del Gobierno la baja de la inflación —que caería a cerca del 30% anual este año desde un nivel de tres cifras—, el severo ajuste del gasto público ha provocado amplias protestas, principalmente de pensionados, docentes y médicos, los más afectados.
Un reciente sondeo de la consultora D'Alessio IROL/Berensztein mostró que la imagen positiva de la gestión de Milei —quien recientemente visitó barrios pobres de la provincia de Buenos Aires para reforzar su campaña— había bajado al 43% desde el 46% previo, mientras que la negativa creció al 55% desde el 53% anterior.