El jueves se reunirá con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en Ankara, y el sábado visitará la Mezquita Azul de Estambul.
Pero será la unidad de los cristianos lo que predominará. El papa fue invitado por el patriarca Bartolomeo I, primado de la Iglesia ortodoxo de Constantinopla, con motivo del aniversario del Concilio de Nicea.
En el año 325, ese primer concilio ecuménico, considerado como un momento fundacional del cristianismo, congregó a unos 300 obispos del Imperio romano y estableció varias bases doctrinales, incluyendo el Credo de Nicea, una declaración que todavía se utiliza.
A orillas del lago de Iznik, nombre actual de Nicea, en la provincia de Bursa, León XIV se reunirá el viernes con los dignatarios de diferentes Iglesias ortodoxas, con quienes participará en un rezo ecuménico.
A nivel interno, "León XIV intenta recoser los desgarros que atraviesan el espacio católico. Y a nivel externo, manifiesta su preocupación por la unidad de los cristianos", explicó a la AFP François Mabille, director del Observatorio geopolítico de la religión.
Mientras que los católicos reconocen la autoridad universal del papa como jefe de la Iglesia, los ortodoxos se organizan en Iglesias autocéfalas.
Actualmente, el mundo ortodoxo parece más fragmentado que nunca: la guerra en Ucrania aceleró la ruptura entre los patriarcados de Moscú y de Constantinopla. El patriarca ruso Cirilo, un firme apoyo del presidente Vladimir Putin, no fue invitado a Iznik.
El último papa que visitó Líbano fue Benedicto XVI, en 2012; y la última visita papal a Turquía se remonta a 2014, con un viaje de Francisco.