El Papa participa en una reunión con los investigadores de los Legionarios

El papa Benedicto XVI se reunió por sorpresa este viernes con los cinco sacerdotes que investigan a la congregación de los Legionarios de Cristo, fundada en 1941 por el fallecido prelado mexicano Marcial Maciel, quien fue encontrado culpable de abusos sexuales contra menores seminaristas y de llevar una doble vida con al menos dos mujeres, de las que tuvo tres hijos.
Fuentes vaticanas informaron que el Papa, quien antes de dirigir al Vaticano encabezó la Congregación para la Doctrina de la Fe, escuchó los resultados de la investigación y las propuestas de los sacerdotes sobre el futuro de los Legionarios de Cristo.
Aún no se conocen las conclusiones de la reunión, pero las mismas fuentes dijeron que será hasta una segunda fase cuando Benedicto XVI adopte medidas contra la congregación, que podrían llegar a la decapitación de la cúpula, la refundación de los Legionarios y el nombramiento de un comisario pontificio que gestione la orden durante una etapa de transición.
El Vaticano no ha confirmado si el encuentro continuará el sábado.
Desde el 15 de julio de 2009 hasta el 16 de marzo pasado los sacerdotes Ricardo Watty Urquidi, de Tepic (México); Ricardo Blázquez Pérez, arzobispo de Valladolid (España); Ricardo Ezzati Andrello, de Concepción (Chile); Charles Joseph Chaput, de Denver (Estados Unidos), y Giuseppe Versaldi, de Alessandria (Italia), inspeccionaron 120 comunidades de los legionarios tras los escándalos de su fundador.
Los Legionarios de Cristo se encuentran establecidos en 18 países y están compuestos por 800 sacerdotes y 2,600 seminaristas, además de 70,000 laicos. Durante el pontificado de Juan Pablo II vivieron una etapa de apogeo.
La comisión del Vaticano también revisó el estado financiero de la congregación y otros asuntos como saber si respetan la supresión decidida por el Papa en 2008 del llamado “cuarto voto”, que era secreto y fue impuesto por Maciel para obligar a sus sacerdotes, bajo pena de excomunión, a no criticar y no denunciar a sus superiores ni a aspirar a cargos.
La inspección fue ordenada por Benedicto XVI en marzo de 2009, tres años después de que castigara a Maciel (1920-2008) por abusos sexuales durante décadas contra seminaristas y le exigiera que renunciara a todo ministerio público de su actividad sacerdotal y llevara una vida retirada de rezos y penitencias.
El pasado 26 de marzo los Legionarios reconocieron que Maciel abusó sexualmente de seminaristas menores, tuvo “otros graves comportamientos” (consumo de drogas) y varios hijos, por lo que pidieron perdón a las víctimas y renegaron del sacerdote mexicano, al no considerarlo ya como modelo de vida cristiana.
El vicario general de los Legionarios y director territorial en Italia, el mexicano Luis Garza Medina, aseguró ayer que aceptarán “con obediencia” lo que la santa sede les pida, en referencia a la posibilidad de que la congregación pueda ser intervenida.
A la pregunta de cómo no se dieron cuenta de la “doble vida” que llevó durante años Maciel, explicó que “el comportamiento del fundador parecía impecable”.
Una de las víctimas de Maciel, el ex legionario mexicano José Barba, dijo a propósito de la visita apostólica realizada a la congregación que hacía falta reparar los daños y el buen nombre de quienes lo denunciaron.