La Marina quiere exportar lanchas para perseguir a los narcotraficantes
La Secretaría de la Marina Armada de México quiere exportar su tecnología para perseguir a traficantes de droga, según un reportaje de la revista Expansión.
Si lo logra, por primera vez la Marina se asociará para este fin con una empresa privada, la sueca Dockstavarvet, a la que le ha comprado 40 lanchas interceptoras Polaris I y II desde hace 12 años, y bajo cuya licencia y entrenamiento construyó otras 17 desde 2004.
Las Polaris II son famosas en el Continente Americano porque la velocidad que alcanzan es superior hasta 22.8 kilómetros por hora (12 nudos) con respecto a las lanchas que usan los cárteles del narcotráfico en México, conocidas como go-fast.
De acuerdo con el almirante José Antonio Sierra, director de Construcciones Navales de la Marina , en los últimos tres meses los gobiernos de Panamá y Chile solicitaron una cotización y un estudio de las naves. Panamá quiere comprar cuatro y Chile busca 24.
Sierra dice que la Armada de Guatemala, a través de su agregado naval, también expresó su intención de adquirir 12 unidades desde hace dos años, pero por problemas presupuestales aún no lo hace.
Y la Armada de Canadá también pidió información para comprar 25 con el objetivo de donarlas a gobiernos centroamericanos, de acuerdo con su versión.
Panamá y Guatemala las quieren para combatir el narcotráfico por mar, mientras Chile busca interceptar barcos de pesca ilegal y piratería, expone Sierra.
Un oficial del gobierno de Guatemala confirmó a Expansión el interés de ese país, mientras la oficina de prensa para las fuerzas armadas canadienses, igual que las armadas de Panamá y Chile, declinaron hacer declaraciones sobre el tema.
Según la Marina mexicana, el precio de cada unidad es de dos millones de dólares, unos 26 millones de pesos.
De concretarse la venta de estas 65 embarcaciones, los ingresos para la dependencia del gobierno federal mexicano podrían sumar 130 millones de dólares, unos 1,690 millones de pesos.
De cada navío vendido, Dockstavarvet obtendrá el 10%, que corresponde al costo de la licencia de fabricación de las embarcaciones y su colaboración en el proyecto, dijo Sierra a Expansión.
El 80% restante, 1.8 millones de dólares por lancha, es el costo total de fabricación, mano de obra y materiales.
La Armada ganará un costo adicional por honorarios de hasta 2% del valor total de la venta, unos 40,000 dólares por lancha.
"Vemos los acuerdos con mucho entusiasmo, ojalá se realicen", señaló Alejandro Gertz Manero, presidente de la Comisión de Marina de la Cámara de Diputados.
"Sería un gran empuje para la industria mexicana, para ser más eficientes y darnos una mayor capacidad productiva; además, (los acuerdos) representan un proyecto de América Latina para América Latina", dijo a la revista.
La Secretaría de Marina (Semar) pretende reinvertir las ganancias en maquinaria y captar otros 7.8 millones de dólares a través de servicios posventa de entrenamiento operativo y reparaciones.
"No es la intención de la Semar hacer negocios. No es su función ni son sus metas. Al contrario, es apoyar la industria de construcciones navales", dijo Sierra.
De los 10 astilleros con los que cuenta la Semar, cuatro son constructores: Guaymas, Salina Cruz, Tampico y Coatzacoalcos. En este último construye la Polaris II.
La Armada mexicana es la primera del continente, a excepción de Estados Unidos y Canadá, que ha logrado el nivel técnico necesario para producir y exportar equipo de guerra de alta complejidad, expresó Íñigo Guevara, analista y editor de la revista sobre fuerzas militares Centuria siglo XXI.
Sus actividades también incluyen la construcción y el mantenimiento de barcos comerciales y paraestatales.
Fabrica atuneros y camaroneros desde los años 40, y en 2009 manufacturó un pesquero ecológico en conjunto con la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca.