La reforma electoral de 2007 no ha disminuido los gastos de los comicios
La reforma electoral aprobada en 2007 , que pretendía disminuir los gastos electorales, no ha obtenido los resultados esperados.
De acuerdo con el estudio El uso y abuso de los recursos públicos: ¿cuestan demasiado las elecciones en México? El Instituto Federal Electoral en perspectiva, elaborado por Marco Mena, del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), los gastos destinados a los partidos políticos y a las campañas electorales en México continúan en aumento.
"El total de gasto se ha mantenido relativamente constante a lo largo de los años, a pesar de cambios a la alta o baja eventuales, y la reforma electoral de 2007 no ha probado disminuir el gasto electoral como era uno de sus propósitos manifiestos", señala el documento al referirse al presupuesto electoral.
La reforma electoral de 2007, entre otros aspectos, buscaba disminuir los gastos de los partidos políticos . Como resultado de esta reforma, se les prohibió a los grupos contratar o adquirir tiempos en radio y televisión. A partir de esa disposición, los partidos sólo pueden disponer de tiempos oficiales del Estado, que son asignados por el Instituto Federal Electoral (IFE).
Esta reforma también redujo el financiamiento privado a partidos en un 85%. Además, se disminuyó el financiamiento público en cinco puntos porcentuales, lo que se esperaba que generara un ahorro de más de 200 millones de pesos (alrededor de 16 millones de dólares).
De acuerdo con el análisis realizado por Mena, los gastos siguen aumentando.
Entre 1996 y 2010, el IFE, órgano autónomo dedicado a los asuntos electorales a nivel federal en México, aumentó su presupuesto en un 34%, al pasar de 6,440 millones de pesos (alrededor de 526 millones de dólares) en 1996 a más de 8,630 millones (cerca de 705 millones de dólares) en 2010, según el documento.
"En los años donde se efectuaron elecciones intermedias y presidenciales (1997, 2000, 2003, 2006 y 2009) se han registrado incrementos reales mucho mayores, siendo 2003 el año en donde se registró el mayor gasto real del IFE, más de 16,087 millones de pesos (casi 1,315 millones de dólares), lo que representa la elección más costosa que haya organizado el Instituto en su historia", detalla el estudio.
Para el ejercicio presupuestal de 2011, el IFE solicitó 10,499 millones de pesos (858 millones de dólares), monto que representa alrededor de un 22% más que los recursos que le fueron asignados para 2010.
A nivel internacional, México es uno de los países que más gasta en cuestiones electorales. Los comicios más caros en la historia de América Latina fueron las elecciones intermedias de 2003, en las que el costo por elector fue de 17.24 dólares.
Este monto superó por mucho a los países que le siguen en la lista, como Costa Rica, que en las elecciones de 2002 gastó 8.58 dólares por elector y a República Dominicana, con 6.84 dólares por elector, según la Fundación Internacional para Sistemas Electorales (IFES).
Si bien Mena recomienda disminuir los gastos electorales, admite que "el gasto electoral en México ha llegado a ser de tal magnitud que para reducirlo sustancialmente será necesario modificar rubros importantes o emblemáticos del sistema electoral mexicano y, por tanto, sumamente polémicos".
"Un ritmo de 15,000 a 20,000 millones de pesos (1,226 millones a 1,635 millones de dólares) para sufragar el funcionamiento de nuestras instituciones electorales cada tres años, en un país con niveles de pobreza que ronda sistemáticamente el 50% de la población debe obligar a repensar el tema", dice.