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La hondureña Emeteria Martínez encuentra a su hija después de 21 años

Durante una caravana a México, Emeteria Martínez, de 72 años, encontró a su hija Ada Marlén, quién emigró de Honduras hace 21 años
lun 08 noviembre 2010 07:39 AM
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Emeteria Martínez, de 72 años, se convirtió en la encarnación "del sueño de los migrantes", describe Martha Sánchez Soler, coordinadora del Movimiento Migrante Mesoamericano, anfitriones en México de la sexta  Caravana de Madres Centroamericanas . Hasta ahora ella es la única que cumplió su misión: encontrar a su hija.

La anciana es una de las 13 mujeres y dos hombres que iniciaron un recorrido el pasado 28 de octubre desde Honduras para buscar a sus familiares perdidos en México en su camino hacia Estados Unidos

El sábado pasado se reencontró con Ada Marlén Ortiz, quien tenía 17 años en 1989, cuando dejó el pequeño pueblo hondureño de El Progreso, en el departamento de Yoro, donde vivía para emigrar a Estados Unidos. Desde entonces ninguna de las dos tenían noticias de la otra.

Durante 21 años, Emeteria crió a los dos hijos de Ada (la niña tenía tres años y el niño nueve meses). Cuando Ada se fue de us pueblo, en las casas no había electricidad, teléfono, y las casas no tenían dirección.

Emeteria nunca recibió las "mil cartas" que Ada le enviaba, y en las que le contaba que llegó a México, que la asaltaron, que perdió sus papeles, y que peregrinó durante años, cuenta Martha Sánchez a CNNMéxico.

Tampoco se enteró que Ada se casó, tuvo tres hijos y se instaló en Ecatepec, Estado de México, en el centro del país. Así que dos décadas después Emeteria preparó sus maletas, tomó una foto de su hija, y partió con una caravana a buscarla. Este 2010 era la segunda ocasión que hacía el recorrido.

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El reencuentro

Días antes de que Emeteria partiera a México, el hijo mayor de Ada, de nombre Jorge Luis Ortiez y con 21 años de edad, decidió tomar la delantera. Al igual que miles de migrantes ilegales que cruzan por México, el joven abordó un tren con dirección al centro de México.

Las autoridades mexicanas lo detuvieron, pero huyó, y logró llegar hasta la capital del país. Emeteria conocía su situación y se comunicó con la activista Martha Sánchez para pedirle que ayudara al joven.

Según cuenta Martha, lo recogió en una central de camiones, y lo llevó a la Casa del Migrante San Juan Diego, en Tultitlán para que ahí lo alcanzara Emeteria.

Este mismo lugar recibió una llamada inesperada. Otro hijo de Ada, uno de los tres nacidos en México, se comunicó para decir que una de las mujeres que venía en la caravana era su abuela.

El hijo mexicano de Ada, cuenta Martha Sánchez, tiene "unos 15 años" que se enteró a través de internet de la caravana, y reconoció a Emeteria. "Nos enteramos (por él) que tenían tiempo buscándola, era un proyecto de familia. Él es el héroe de este episodio".

Toda la familia se reunió este sábado en Tultitlán. Emeteria tomó el encuentro "con tranquilidad, una alegría sin histeria, totalmente tranquila, totalmente sabia", describe Martha Sánchez.

Jorge Luis, el nieto que se adelantó en la búsqueda, estaba alegre "porque su abuela ya no iba a estar triste".

Ada y su familia "estaban muy tensos, muy asustados y abrumados por la prensa pero en cuanto se vieron todo desapareció, se fueron a una sala donde nadie los molestó", recordó Martha Sánchez.

Los miembros de la caravana "estaban llorando todos de alegría y emoción (…) siempre han dicho que encontrar al hijo de una es encontrar el hijo de todas".

La familia pasó junta la noche del sábado. Emeteria continuará su viaje como parte de la caravana, en que "se nos ha facilitado todo", dice Martha Sánchez.

La activista comenta que aprovecharán que todas las autoridades migratorias les abren las puertas, y que por primera vez en una década permitieron a los miembros de la caravana entrar a los centro de detención de migrantes y fungir como "correos".

La caravana pregunta quiénes son los hondureños y les piden nombres y datos, o recogen cartas que luego entregarán en Honduras, dice Martha Sánchez.

La activista explicó por qué esta caravana ha sido diferente a la de años anteriores: " La masacre (de 72 migrantes en Tamaulipas) abre una ventana de oportunidad porque la vergüenza es tal y la pérdida de imagen (para México) es tal que están obligados a hacer algo".

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