Los ganaderos del norte de México encaran el narcotráfico

En Tamaulipas, estado ubicado en el noreste de México , se dio una muestra de cómo una persona puede hacer justicia por su propia mano cuando el crimen rebasa a la autoridad.
El empresario maderero Alejo Garza Tamez murió el pasado 14 de noviembre al defender su rancho San José. Para ello, asesinó a cuatro presuntos integrantes del cártel de Los Zetas .
El ganadero, originario de Monterrey —capital del estado norteño de Nuevo León— había recibido amenazas del crimen organizado para abandonar su rancho, pero nunca denunció ante las autoridades tamaulipecas por no confiar en ellas, asegura el diario Milenio.
Con 77 años, este aficionado a la cacería se enfrentó a 30 sicarios en su rancho, ubicado en el municipio de Padilla, a 15 kilómetros de la capital de Tamaulipas, Ciudad Victoria. La hazaña le sirvió para que le dedicaran un corrido post mortem, según recoge el periódico El Universal.
La inseguridad en la 'frontera chica'
El ejemplo de Garza Tamez, sin embargo, no se ha reproducido en otras latitudes del estado, como en la frontera chica , la región ribereña que comprende los municipios entre Nuevo Laredo y Reynosa, al sur de Texas (EU).
La situación en esa región se traduce en episodios que algunos propietarios de ranchos han padecido por la inseguridad desatada a inicios de este año, según revelan testimonios recopilados por CNNMéxico.
"Sé de un señor que iba a su rancho y se topó con gente de Los Zetas, pero estaban disfrazados de soldados. Lo secuestraron por una semana y le daban (de comer) media tortilla de maíz al día. Después el Ejército los atrapó y pensaron que también era de ese bando, pero después de interrogarlos lo dejaron libre", rememora un ganadero que pidió el anonimato, originario de Mier, ciudad de la que han migrado más de 100 familias por la inseguridad.
Un propietario de otro rancho que no quiso revelar su identidad y que habita en Guerrero -municipio al oeste de la frontera chica- confiesa que tuvo un encuentro en abril pasado con una presunta célula del crimen organizado que le exigió su camioneta mientras sujetos encapuchados le apuntaban sus ametralladoras AK-47.
"Me dieron oportunidad de sacar la póliza de la camioneta para que reportara el robo sin violencia, como si no me lo hubieran quitado a punta de pistola para que declarara pérdida total y el seguro me indemnizara. Hasta eso, no fueron tan malos conmigo. Les gustan las (camionetas marca) Tahoe, Suburban, Ford, Tacoma", señala a CNNMéxico.
Otro fue menos afortunado: "Me pararon por un entronque a la salida de Miguel Alemán. Uno del bando se identificó como comandante del Cártel del Golfo y me preguntaron si había visto algo. Les dije que no, pero aún así me amenazaron de que si les estaba mintiendo que me iba a ir mal y pues desde entonces ya no voy", señala el ganadero que solicitó el anonimato.
El mismo propietario de una finca en el poblado de Los López —localidad que pertenece al municipio de Miguel Alemán— indica que una semana después del incidente, elementos de la Marina Armada y presuntos narcotraficantes se enfrentaron a escasos dos kilómetros de la entrada de su rancho.
Durate el enfrentamiento, asegura el hombre de la tercera edad, un helicóptero de las fuerzas federales disparó a un convoy de camionetas en el camino que conduce a su propiedad y desde entonces decidió no regresar.
"Desde ese día, ni sé cómo está mi ganado. ¿Ahora cómo le hago para vivir? Quiero vender el rancho, pero la veo difícil", dice.