La versión reducida del programa antichatarra entra en vigor en las aulas
A partir de este lunes, frituras, golosinas y bebidas gaseosas podrán venderse en centros preescolares, y escuelas primarias y secundarias sólo si cumplen con los estándares establecidos por el gobierno mexicano.
Aunque el gobierno federal había prometido en mayo del año pasado eliminar la venta de comida chatarra en los centros escolares de educación básica, los lineamientos publicados el 23 de agosto del 2010 -y que entraron en vigor a nivel nacional este lunes 10 de enero- prevén únicamente la disminución en el tamaño de las porciones y el establecimiento de un tope calórico.
El gobierno argumenta que pretende modificar hábitos y no alimentos, lo que supone que los pastelillos y las botanas no saldrán de las escuelas mexicanas, como habían prometido anteriormente instancias federales.
Los lineamientos detallan que para nivel preescolar, el aporte de los refrigerios no deberán exceder las 239 calorías, mientras que a nivel primaria el tope calórico es de 290. En secundaria, el máximo de calorías a consumir en el receso es de 401 calorías.
Las empresas que se dedican a la venta y elaboración de alimentos y bebidas tienen hasta el próximo 15 de abril para registrar sus productos ante la Secretaría de Salud para su aprobación como productos a venderse en los centros escolares.
México es actualmente el país con la mayor proporción de habitantes obesos , por encima de Estados Unidos.
En septiembre del año pasado, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) reveló que el 30% de la población adulta mexicana padece de obesidad y el 69.5% tiene sobrepeso. En Estados Unidos, el 27.5% es obeso y el 68% se encuentra por encima de su peso saludable.
En el texto del Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria, la Secretaría de Salud asegura que "de 1980 a la fecha, la prevalencia de obesidad y sobrepeso en México se ha triplicado, en particular en la población adulta".
"Adicionalmente, esta epidemia registra una elevada tasa de crecimiento entre la población infantil, lo que se ha traducido también en una alta prevalencia de sobrepeso y obesidad entre la población escolar de preescolar y primaria de todo el país (entre cinco y 11 años) y entre adolescentes", detalla la dependencia federal en el documento.
La Secretaría de Salud calcula que 4,249,217 de niños entre cinco y 11 años son obesos.
Los encargados de vigilar el cumplimiento de los nuevos lineamientos que regulan el tipo de alimentos que se venden en los centros educativos serán los Comités del Establecimiento de Consumo Escolar, que estarán integrados por padres y madres de familia, personal de apoyo y asistencia a la educación, docentes y directivos.
El Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria también prevee el fomento de la actividad física.
La Secretaría de Salud estima que el costo por atender las enfermedades relacionadas con el sobrepeso y la obesidad aumentó un 61% en el periodo 2000-2008, al pasar de 26,283 millones de pesos a por lo menos 42,246 millones. Se estima que dicho gasto alcance los 77,919 millones de pesos para 2017.