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Extinción de capos del narco y no de grupos criminales genera escepticismo

Contrario a lo que asegura el gobierno, expertos aseguran que la captura de capos no debilita las estructuras de los grupos criminales
mié 12 enero 2011 08:05 AM
La Barbie ante las cámaras
La Barbie ante las cámaras La Barbie ante las cámaras

Para el gobierno federal mexicano, el 2011 empezó con buenas noticias. Tras diversos operativos de seguridad, pudieron anunciar que entre 2008 y 2010 lograron capturar a más de la mitad de los capos más buscados, por los que la Procuraduría General de la República (PGR) ofrecía recompensa.

El anuncio lo hizo primero el presidente Felipe Calderón frente a alrededor de 100 embajadores y cónsules —ahí se encontraba el ex titular de la PGR y actual embajador de México en Londres, Eduardo Medina Mora—, y después, su vocero de seguridad, Alejandro Poiré.

Poiré aseguró, entre otras cosas, que las capturas y abatimientos de los 17 capos y la muerte de otros dos en enfrentamientos con otros grupos criminales, causaron "un daño severo e irreparable" a las estructuras de las organizaciones delictivas .

Especialistas en temas de seguridad y delincuencia organizada coincidieron en que la estrategia del gobierno en realidad no ha debilitado más que a un grupo —el cártel de los Beltrán Leyva— y que la escalada de la violencia en algunos estados responde precisamente a la captura o la muerte de las cabezas.

"En los cárteles más consolidados hay gente experta y capacitada para hacerse cargo cuando uno de ellos falta, de hecho ellos saben que pueden ser en cualquier momento abatidos y preparan a gente para su relevo, y mucha gente esa nunca saca la cara y que nadie conoce", explicó Eduardo Guerrero, analista y consultor de Lantia Consultores.

Guerrero, quien participó en agosto del 2010 en los Diálogos por la Seguridad que encabezó el presidente Calderón, indicó que aún cuando el mandatario y el vocero de seguridad presuman que el mayor número de detenciones tuvo que ver con operadores del cártel del Golfo y Los Zetas, su presencia en Tamaulipas y Nuevo León hacen pensar que las capturas les afectaron poco.

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"A lo mejor arrestaron y abatieron a varios, pero son organizaciones tan sólidas que ahí se ve que la operación de ellos sigue siendo muy vigorosa en varios estados del país", dijo en entrevista.

José Fernández Santillán, especialista en temas de seguridad e investigador del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) Campus Ciudad de México, consideró que para debilitar a las estructuras de la delincuencia organizada en México, se deben de atacar a sus finanzas, más que a sus líderes.

"Se necesita pegarle al dinero. Y en México no se está haciendo. No solamente hay que capturar a los capos, sino capturar a los empresarios y políticos que están protegiendo a los capos. Y en los distintos niveles. A nivel municipal, estatal y federal", dijo Fernández Santillán.

Añadió que si la captura de los supuestos líderes narcotraficantes fuera la solución para acabar con los grupos criminales, la captura de Rafael Caro Quintero y Félix Gallardo —quienes encabezaban el cártel de Guadalajara— a final de la década del 80, se hubiera terminado con el tráfico de drogas en la zona occidente del país.

"Lo que hemos visto es que se han fortalecido. Son como la hiedra, les cortas la cabeza y salen más", agregó.

En marzo del 2009, la PGR publicó en el Diario Oficial de la Federación una lista de 37 capos pertenecientes a agrupaciones criminales entre las que se encontraban el cártel del Golfo, cártel del Pacífico, cártel de los Beltrán Leyva, cártel de los Carrillo Fuentes, cártel de los Arellano Félix, cártel de Juárez y las organizaciones criminales de Los Zetas y La Familia.

En esta publicación, la dependencia ofrecía 30 millones de pesos como recompensa para quien ayudara a localizar a los capos más buscados de los cárteles mexicanos.

Guerrero aseguró que el gobierno mexicano se ha visto en la necesidad de publicar este tipo de avisos y de obtener información de los capos que ha arrestado, por no contar con elementos infiltrados en los grupos criminales.

"Si ellos tuvieran infiltrados a los cárteles podrían infiltrarlos desde adentro y dar golpes más contundentes y arrestar a gente de más alto nivel. Pero como no tienen esa inteligencia, tienen que recurrir, a través de los arrestos y las confesiones y las filtraciones, a información que ellos puedan usar para tener más conocimiento sobre la operación del cártel", dijo.

El año pasado, elementos del Ejército, de la Secretaría de Seguridad Pública federal y la Marina detuvieron a varios personajes que pertenecían a agrupaciones criminales entre los que destacaban: Sergio Villarreal Barragán, El Grande, y Édgar Valdez Villarreal, La Barbie, ambos operadores del cártel de los Beltrán Leyva.

Arturo Beltrán Leyva, El Barbas, de los Beltrán Leyva; Ignacio Coronel Villarreal, Nacho Coronel, cercano colaborador del Mayo Zambada, y Ezequiel Cárdenas Guillén, Tony Tormenta, del cártel del Golfo, fueron abatidos por elementos de Ejército y de la Marina.

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