Diez motociclistas ayudan con comida y medicinas a los más pobres Juárez
Un grupo de mujeres mexicanas a bordo de motocicletas rosadas distribuyen comida y medicinas a los pobres en Ciudad Juárez, una de las urbes más violentas del mundo, tratando de aplacar las muchas penurias que dicen están alimentando la violencia.
Pese a la guerra que libran los cárteles de las drogas en Ciudad Juárez, que suma unos 6,700 muertos desde 2008, incluyendo a cientos de mujeres, el grupo autodenominado Las Guerreras conduce sus motos cada domingo para entrar en los barrios peligrosos que rodean la urbe de fábricas vecina a El Paso, Texas.
En estrechas calles sin pavimentar en las que proliferan humildes viviendas, el grupo de 10 -entre ellas maestras, mujeres de negocios y una agente de tránsito- ayuda en sus días de descanso a madres solteras, drogadictos, ancianos o desempleados, muchos de los cuales no tienen acceso a asistencia social y se sienten completamente abandonados.
Ellas llevan dinero en efectivo, medicinas, comida y hasta pasteles de cumpleaños pagados de sus propios bolsillos. A veces Las Guerreras sólo pueden prestar un oído compasivo.
"Hay gente que no tiene nada o demasiado poquito", dijo Lorenia Granados, cofundadora del grupo que nació hace dos años. Ellas visitaron este domingo a gente pobre en un barrio no muy lejos donde hombres armados asesinaron a siete muchachos que jugaban en una cancha de futbol .
Sus motocicletas color rosa proyectan una imagen femenina y contrastan con los vehículos utilizados por el crimen organizado.
Regiones abandonadas
Ciudad Juárez es hogar de 340 fábricas exportadoras hacia Estados Unidos y maneja miles de millones de dólares en comercio fronterizo, pero se ha convertido en una de las ciudades mexicanas más problemáticas .
En una de las regiones más abandonadas con pocas escuelas y oportunidades; jóvenes mal pagados o desempleados son atraídos por pandillas para asesinar a rivales por un cobro de 100 dólares.
Muchos trabajadores sociales y expertos en tráfico de drogas culpan a los años de corrupción política y malas administraciones en los proyectos para apoyar a los pobres.
El presidente mexicano, Felipe Calderón, quien lanzó operativos frontales contra los cárteles a fines de 2006, lanzó un ambicioso plan social en Ciudad Juárez , pero sectores en la metrópoli dicen que los progresos avanzan lentamente.
"Nadie hace nada", dijo Sanjuana Flores, de 60 años, cuya hija, una drogadicta, fue asesinada en el 2008, dejando a cuatro hijos que ella ahora cuida. "He pedido ayuda en la presidencia municipal, a los regidores. Prometen cosas, pero son puras mentiras", agregó.
Las Guerreras dicen que hasta ahora no han sido atacadas o amenazadas. "Dicen que después de la tormenta viene la calma, eso esperamos, que al llegar la calma sea mucho mejor esta ciudad para nuestros hijos y para nosotros", dijo Granados.