Inmobiliarias sufren escasez y corrupción al llevar agua a casas de México
La escasez de agua para alimentar las cada vez más numerosas zonas habitacionales en México ha encendido un foco rojo entre las empresas inmobiliarias y el gobierno.
La alta demanda del líquido por parte de los desarrolladores de viviendas ha sobregirado la compra de concesiones y la utilización de títulos apócrifos para la explotación de acuíferos, de acuerdo con un reportaje de la revista Obras.
La Comisión Nacional del Agua (Conagua), autoridad que administra y busca preservar las aguas del país, adoptó un modelo utilizado en países como España y Estados Unidos para tratar de frenar este problema, llamado "banco de agua".
Los bancos de agua son instancias que gestionan y regulan la transmisión de derechos para su correcta asignación desde los puntos de vista económico y ambiental.
La situación es preocupante: en zonas de baja disponibilidad, como el central Estado de México, cada año se requieren 120,000 unidades abastecedoras del líquido nuevas, pero sólo se construyen de 60,000 a 80,000, explica Gene Towle, socio director de la consultora especializada en vivienda, Softec.
Por cada vivienda que se edifica en el Estado de México, se requieren entre 250 y 260 m3 de agua al año, añade Towle.
Las firmas inmobiliarias invierten para el suministro de agua en los desarrollos unos 10,000 pesos por cada vivienda de interés social, detalla Alex Metta Cohen, director de Promoción de Hogares Unión, empresa del Valle de México.
"Construyen donde hay mucha población, pero en donde hay menos agua", advierte Roberto Anaya, subdirector general de administración del agua de Conagua.
Por ejemplo, en el norte, noroeste y centro de la República, se concentra el 77% de la población, pero sólo existe el 31% de disponibilidad de agua.
Y de los 653 acuíferos que hay en el país, según los censos de Conagua, 102 son sobreexplotados. El panorama no luce mejor este año: el organismo estima que en 2011 la sobreexplotación ascenderá a 200.
Trámites de riesgo
Los llamados "vivienderos" generalmente compran títulos para la explotación de terrenos agrícolas, que después cambian a uso urbano para poder proveer de agua sus desarrollos , de acuerdo con el reportaje de Obras.
La demanda de títulos llegó a tal grado que se establecieron 146 zonas de veda y se hizo ilegal la transmisión de títulos para usos no autorizados.
Una de esas áreas es la Zona Estratégica de Recarga de los acuíferos del Estado de México, donde según la organización ambientalista Guardianes de los Volcanes, Casas GEO es dueña del 22% de las concesiones a pesar de la veda.
Algunos, sobre todo las pequeñas empresas constructoras, se convierten en víctimas del mercado negro.
Con tal de no frenar sus planes de desarrollo, recurren a intermediarios que se hacen pasar por supuestos ejidatarios y adquieren títulos falsos de pozos inexistentes y, cuando acuden a Conagua para la autorización de transferencia de derechos, resulta que no son válidos.
Los bancos de agua podrían ayudarles al dotar a los usuarios de información de oferta y demanda, así como asesoría jurídica, a los interesados en adquirir estos títulos.
Los bancos son oficinas pequeñas, en las que un experto en construcciones hídricas atiende a los usuarios; pero también funciona a través de internet, donde los interesados en vender títulos de concesión pueden colocar su oferta.
La operación se concreta físicamente en el banco y da certeza a los desarrolladores sobre la legitimidad de los títulos; además, evita que los ejidatarios vendan sus concesiones a intermediarios, quienes les pagan precios irrisorios, según la revista Obras.
En 2004, la Comisión Nacional del Agua se fijó la meta de que antes de 2012 se crearían 12 bancos de agua u organismos de cuenca en México; la meta se cumplió el 30 de noviembre de 2010.
Actualmente existen bancos de agua en el Distrito Federal, Morelos, Zacatecas, Veracruz, Chiapas, Oaxaca, Tamaulipas, Sonora, Sinaloa, Jalisco, Yucatán, Nuevo León, Chihuahua y Baja California.
Sin embargo, de acuerdo con Obras, los desarrolladores aún no confían en el sistema. Algunos piensan que una mayor inversión en infraestructura aliviaría el problema, y otros prefieren invertir en ser autosuficientes, como la empresa inmobiliaria Sadasi, que inyecta agua al subsuelo a través de pozos de absorción.
Por lo pronto, entre 2011 y 2012 se buscará abrir un banco en cada dirección de la Conagua. Actualmente existen 20 direcciones locales.