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Familiares de mexicanos a un paso de la horca en Malasia piden ayuda

Ellos son inocentes, aseguran familiares de los tres mexicanos que están cerca de ser condenados a muerte en el país asiático
jue 31 marzo 2011 06:55 AM

Desde que se enteró de que sus tres hijos podrían ser condenados a la horca en Malasia, por presuntamente traficar y distribuir metanfetaminas en el sudeste asiático, doña Carmen Villarreal Espinoza empezó a contar los días.

Para ella, estas horas han sido de agonía, pues nada sabe de la situación penal que enfrentan sus tres hijos, quienes se encuentran en una prisión de máxima seguridad cerca de la frontera con Singapur. 

Los datos que tiene la familia fueron retomados de medios impresos mexicanos, ya que hasta el momento ninguna autoridad mexicana se ha acercado con ellos para ofrecerles información sobre la situación procesal de sus tres hijos: Luis Alfonso González Villarreal, de 43 años, Simón, de 36, y José Regino, de 33.

Villareal cuenta que se enteró de que están a punto de ser condenados a la pena de muerte por ahorcamiento en el país asiático por lo publicado esta semana en el diario mexicano Milenio.

De aspecto humilde y rodeada de su esposo, hijas, nueras y nietos en una de las colonias de la periferia de la ciudad de Culiacán, afirma que sus hijos son gente decente y de trabajo, a quienes no ve desde hace tres años luego de que abandonaron su tierra por mejorar su calidad de vida.  

La noticia le cayó como "balde de agua fría" y lo que más anhela ahora es volverlos a ver con vida. Por ello, clama ayuda a la cancillería mexicana , pues su condición económica y un problema cardiaco la imposibilitan para viajar en avión.

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“Mis hijos, gracias a Dios, que nunca han andado en malos pasos, ellos no tienen nada de antecedentes, nada”, presume.

Con la voz entrecortada y al borde del llanto, afirma que sus hijos se dedicaban a la elaboración de ladrillos, actividad que apenas les da para mal comer.

La situación de los jóvenes se complica mucho más pues requieren con urgencia de la ayuda de un traductor para preparar su defensa.

Doña Carmen dice que fue durante febrero de 2008 cuando sus tres hijos decidieron armarse de valor y buscar mejores condiciones de vida en otro lugar, pero recordó que jamás le comentaron a dónde se irían a trabajar, con qué personas y hacia dónde.  

“La última vez que los vi fue a principios de febrero, o a mediados, no recuerdo bien, y me dijeron que iban a un trabajo, que un amigo los había invitado y que a la mejor pal’ Día de las madres iban a volver y, pues, inútil, no volvieron”, destaca.

Un mes después, en marzo de 2008, sus hijos Luis Alfonso, Simón y José Regino se comunicaron para darles la noticia que de habían sido detenidos al ser confundidos como narcotraficantes.    

La madre de los tres hermanos segura que hasta el momento, ni la cancillería ni el gobierno estatal o la Comisión Estatal de Derechos Humanos se han acercado a su familia para ofrecerles apoyo. Sin embargo, personal de la Secretaría de Relaciones Exteriores en México aseguró que la embaja de México en Malasia ha seguido de cerca el caso desde que los tres mexicanos fueron detenidos en 2008.

Al presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, le “pido que nos eche la mano para sacar a nuestros hijos de allá”.

Tiene la esperaza de que sus tres hijos regresen a casa sanos y salvos.

“Yo le pido a dios que nos ayude, que nos dé fuerza y verlos”, ruega la desesperada mujer.

Afirma que la desesperación es mayor porque no mantienen ningún contacto con la embajada de Malasia, y el abogado de sus hijos no habla español ni inglés, sólo malayo, por lo que piden con urgencia un traductor para conocer sobre la situación penal que enfrentan.

La hermana de los indiciados, Alejandrina González Villarreal, señala que sus hermanos fueron detenidos el 4 de marzo de 2008 y un día después éstos se comunicaron con ellos para darles la noticia.

Cuenta que su hermano le pidió el celular prestado a un asiático que también fue aprehendido junto con ellos para darles cuenta sobre su situación de detención.

Luis Alfonso es padre de 2 niños, Simón de una niña y un niño, y José Regino de una niña.

“Ellos cuando se fueron no nos dijeron nada, ellos nomás nos dijeron ‘nos ofrecen un trabajo’, ellos toda la vida han trabajado en las ladrilleras, nos ofrecen un mejor trabajo, fue lo único que nos dijeron; vamos a probar suerte, mas no nos dijeron a dónde iban, a qué iban a trabajar ni nada”, dijo.

Pero de algo está consciente: sus hermanos son inocentes, ya que al momento del cateo realizado en la fábrica los tres iban pasando por el lugar.

Sólo Luis Alfonso y Simón lograron culminar sus estudios de preparatoria para luego dedicarse a elaborar ladrillos.

Dice estar desconcertada por la noticia y más por la desesperación de no saber qué hacer o a quién recurrir para solicitar ayuda.

“No sabíamos nada, hasta ayer nos enteramos por el periódico, y las noticias de televisión, estamos bien desconcertados porque ellos no estaban trabajando en esa fábrica. Ellos estaban fuera de la fábrica, yo me imagino, no sé cómo le dirán allá, aquí se le dice un cateo, ellos iban pasando por allí, yo me imagino que fueron detenidos por ser extranjeros”, dijo.

Pondera que el abogado que retomó el caso no está cobrando un solo peso y está llevando el proceso porque le llamó la atención que fueran mexicanos, ya que se encuentran desamparados, pues no cuentan con la ayuda del gobierno mexicano, mucho menos de la Embajada de México en aquel país.

Al igual que su madre, Alejandrina pide la ayuda del gobierno federal y la asignación urgente de un traductor para preparar la defensa de sus tres hermanos ya que sus días están contados.

Y es que de ser encontrados culpables, Luis Alfonso, Simón y José Regino, la ley malaya no contempla otra opción más que ejecutarlos.

Este miércoles, el gobernador de Sinaloa, Mario López Valdez, no quiso opinar sobre el tema sin antes obtener más información, ya que desconoce de qué se les acusa.

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