Arropado por figuras del PRI, Eruviel festejó su victoria en Toluca
Alternancia es palabra que no se pronuncia en el Estado de México. La entidad gobernada por Enrique Peña Nieto se enfila hacia los 88 años ininterrumpidos de gobiernos priistas, con la victoria de Eruviel Ávila como el candidato más votado en la historia de esa entidad.
“Sí-se-pudo, sí-se-pudo”, y la memoria ya no sabe dónde ni con quién ha escuchado esta porra, que este domingo tronó en la sede del PRI en el Estado de México, en Toluca.
Previsto el triunfo a las 5:20 de la tarde, cuando se conocieron las primeras encuestas de salida que dieron ventaja de tres a uno al ex alcalde de Ecatepec, a los priistas les bastaron tres horas para confirmar, al filo de las 8:30 horas, el resultado de frente a la prensa, en una conferencia que tuvo como escenario el auditorio Jesús Alcántara de la sede estatal del tricolor, con capacidad para dos mil personas, de acuerdo con el equipo de logística de ese partido.
El PRI había previsto que su candidato se presentara en un “modesto” salón del hotel Rey de Toluca, donde había capacidad para casi 700 personas. Pero tan contundente victoria no podía guardarse allí: había que presumir la votación histórica que llevó a Eruviel a la cabeza de la historia priista mexiquense, donde las avenidas importantes y las zonas en puja llevan todas el nombre de algún ilustre militante del PRI. No importa el municipio de que se trate, siempre habrá una avenida Hank González, Isidro Fabela, López Portillo.
Eruviel Ávila, por lo pronto, ya trazó su nombre en el orgullo del PRI nacional. Allí se lo declararon el presidente de ese partido, Humberto Moreira , y el coordinador de la campaña tricolor en el estado, Luis Videgaray. Entre ambos dibujaron la dimensión de la jornada para su partido: “Somos el PRI del presente y el futuro”, dijo Moreira. “Eruviel ha logrado una ventaja de 3 a 1 sobre su más cercano contendiente”, asentó Videgaray.
Arropado en una euforia que coreaba la canción de su victoria (la adaptación de una canción de nombre Mi Niña Bonita, que cantan Chino y Nacho, informaron las edecanes) y vestía playeras y chamarras rojas con la leyenda “Gracias Eruviel”, el candidato fue tercero en la lista al micrófono. Impecable, como recién bañado, se levantó del podio y se dirigió a sus seguidores para agradecer su voto. Su tono, sin embargo, estuvo desprovisto de júbilo, pero no de la seguridad que exhibió a lo largo de su campaña.
Eruviel recorrió primero la lista de apoyos a los que debía agradecer su triunfo, entre ellos a los partidos Nueva Alianza y Verde Ecologista, que fueron juntos con el PRI en esta elección, como en otras. Luego hizo el repaso de sus agradecimientos a su familia, sus compañeros de partido, su equipo de campaña... Y por último extendió la mano a sus opositores, a quienes abrió la puerta para la colaboración: que presenten sus propuestas para el beneficio de los mexiquenses, les dijo.
Los lugares principales del estrado estuvieron ocupados por Moreira, Videgaray, el ex gobernador de Hidalgo, Miguel Ángel Osorio Chong. También hubo espacio para Jorge Emilio González, presidente del PVEM, y Antonio Arévalo, el dirigente estatal de ese partido; Luis Castro, nuevo líder nacional del Panal, y su secretaria general, Mónica Arriola, la hija de la líder vitalicia del SNTE, Elba Esther Gordillo.
Todos, manos arriba, celebraron la victoria de su alianza, al final de una conferencia de prensa en la que se aceptaron cinco preguntas de la prensa, de 35 que se recibieron, y sólo una a medias respondió Eruviel; para el resto salieron al paso Moreira y Videgaray, que rechazaron cualquier posibilidad de impugnación por parte de sus opositores, pues aseguraron que se trató de una jornada “impecable” en la que ganó la democracia, insistió el candidato vencedor.
No hubo más personalidades del priismo nacional, pero allí estaban diputados federales como el ex procurador mexiquense Alfonso Navarrete Prida, y presidentes municipales como Alfredo del Mazo, de Huixquilucan, también enfundado en su chamarra roja de Eruviel y de pie tras la silla del próximo gobernador mexiquense.
Larga jornada para tan corta celebración pública. Pero suficiente para exhibir sus apoyos populares. Para sus militantes, para sus simpatizantes, el PRI ya tenía prevista la fiesta a un costado de su sede estatal, donde había instalada una pantalla gigante, tronaban bocinas con música grupera y salía un olor de comida.
Eruviel nunca borró la sonrisa de su cara y prometió seguir pensando en grande. Hacia 2012, parece, porque Moreira ofreció: “Vamos a hacer de México el país más desarrollado”.