El empleado muerto de la gasolinera de Guerrero fue sepultado en Veracruz
El hombre que murió a causa de las heridas sufridas cuando apagó una bomba despachadora de gasolina incendiada durante un enfrentamiento entre estudiantes y la policía , en Chilpancingo, Guerrero fue sepultado este miércoles en Veracruz.
Miguel Ángel Rivas trabajaba en la gasolinera Eva II, que se encuentra en la Autopista del Sol, dentro del estado de Guerrero, cuando unos desconocidos prendieron fuego a una bomba, él la apagó y eso le costó la muerte , a los 49 años.
"Cumplió con su deber", dijo Iván Rivas, hermano del fallecido, durante el velorio realizado en la Funeraria Naval, del Puerto de Veracruz, de donde es originaria la familia Rivas Cámara.
El hermano del fallecido contó que durante su convalecencia en un hospital del Estado de México, Miguel le dijo "me confié porque no vi que había otra garrafa (con gasolina)" y ésa "fue la que se le vació, me lo dijo en la cama".
Según los hermanos del fallecido, él perteneció a la Armada de México y hace 19 años se dio de baja para quedarse a vivir en Chilpancingo, donde además de trabajar en la gasolinera, laboraba en un periódico como "ingeniero en sistemas".
Según Iván Rivas, su hermano reaccionó de la manera que lo hizo por su formación militar. "El cumplió con su deber".
"Era su deber, yo así lo haría. Tenía el perfil militar", dijo.
Isaac Rivas Cámara, otro de sus hermanos, dijo estar convencido de que la acción de su hermano salvó vidas. "Se le extraña después de estos hechos tan lamentables. Ofrendó su vida para que no ocurriera un desastre mayor", aseguró.
Miguel Rivas sobrevivió 19 días. El primero de enero murió a las 00:40 horas y su cuerpo fue trasladado este martes en una carroza fúnebre con placas del Estado de México a la ciudad de Veracruz.
A su sepelio asistieron unas 100 personas. La Tercera Zona Naval de la Secretaría de Marina trasladó a los dolientes durante los servicios funerarios.
Miguel Rivas fue sepultado junto a su hermana, quien falleció en 1996, dijo a CNNMéxico Elieser Rivas Ramos, el segundo hijo del difunto.
Iván Rivas, le dijo a su madre, "sale mami", y ella, doña Clitea del Socorro Cámara, tomó un puñado de tierra y lo tiró sobre el féretro de su hijo. Después exclamó: "hijo de mi vida", vació una botella de agua bendita y los sepultureros comenzaron a hacer su trabajo.
Miguel Rivas dejó dos hijos que radican en el Puerto de Veracruz y dos hijas (una adoptiva) en Chilpancingo, Guerrero.