Autoridades de Durango encuentran el cadáver del exfiscal del estado
El cuerpo del exfiscal de Durango, Ramiro Ortiz Aguirre, fue encontrado este sábado en una carretera del estado, informó la Fiscalía estatal en un comunicado.
El exfuncionario fue secuestrado el pasado miércoles en la capital de la entidad. Durante su secuestro, "hombres encapuchados dispararon en contra de su esposa, quien permanece hospitalizada", dijeron a CNNMéxico autoridades locales.
Según la Fiscalía, el cuerpo de Ortiz Aguirre tenía "huellas de violencia" y heridas de arma de fuego; fue encontrado en el kilómetro 39 de la carretera que va desde Durango a Torreón, en el estado de Coahuila.
El exfiscal fue secuestrado un día antes de contender por la dirección de la Facultad de Derecho de la Universidad Juárez, en Durango.
El 14 de octubre del 2010, el Congreso local lo designó como el primer fiscal —antes el puesto era de procurador— del estado ubicado al norte de México. Renunció al cargo en junio de 2011, después del hallazgo de fosas clandestinas donde había centenares de cadáveres.
El diputado local del Partido Acción Nacional, Jorge Salum del Palacio, dijo a periodistas que horas antes del secuestro, las autoridades le habían quitado a Ortiz Aguirre los agentes policiales que lo resguardaban por su condición de exfiscal.
Según el artículo 32 de Ley de Seguridad Pública para el Estado de Durango, el fiscal general debe recibir protección del estado hasta dos años después de dejar del cargo, en caso de que haya durado en funciones menos de tres años, como en este caso.
CNNMéxico buscó a las autoridades de seguridad estatales para confirmar esta información, pero no emitieron comentarios.
Tras su salida, Ortiz Aguirre fue sustituido por Sonia Yadira de la Garza Fragoso , quien se convirtió en la primera mujer en liderar la Fiscalía de Durango.
Según la información de la Procuraduría General de la República (PGR), desde 2007 Durango ha sido uno de los 10 estados del país con mayores homicidios relacionados con la delincuencia organizada.
Tan solo en la capital del estado, en los primeros nueve meses de 2011 —hasta donde tiene registro la PGR— se registraron 390 muertes vinculadas con la violencia generada por el crimen, más del doble que en 2010, cuando hubo 151 homicidios.
Hasta febrero de este año, las autoridades duranguenses habían encontrado unas 14 fosas con 331 cuerpos.