Un asesinato reaviva los temores por la violencia en Ciudad Juárez
El piso de la funeraria San Martín, en Ciudad Juárez, lucía totalmente blanco hasta la mañana del lunes, cuando hombres armados realizaron un ataque contra el lugar en medio de un velorio.
Los agresores irrumpieron a las 10:48 horas y se dirigieron contra Gabriela Manríquez, de 25 años, quien atendía el funeral de su pareja, Guillermo Alan Ortiz, asesinado a tiros el viernes pasado en una colonia cercana, dijeron a CNNMéxico funcionarios de seguridad de Chihuahua, estado al que pertenece Juárez.
Unos minutos después, el cuerpo de Manríquez yacía en el piso envuelto en llamas y con un disparo en la frente, mientras el resto de los asistentes huía de la construcción de un piso ubicada en el sur de la ciudad, varios de ellos con quemaduras.
Testigos aseguraron que los atacantes rociaron primero a la joven con gasolina, la incendiaron y posteriormente le dispararon, dijo a CNNMéxico Adolfo Castro, visitador de la Comisión Estatal de Derechos Humanos en Juárez.
La Fiscalía General de Chihuahua no pudo confirmar el orden de los hechos, pero encontró que Manríquez recibió un disparo y fue quemada con gasolina, dijo a CNNMéxico Arturo Sandoval, vocero de la dependencia.
“Lo que puedo precisar es que la mujer tenía un disparo arma de fuego en la frente y el 50% de su cuerpo con quemaduras”, aseguró.
Ocho personas más resultaron con quemaduras de entre primer y segundo grado, entre ellos cinco menores de edad, detalló Sandoval. Los atacantes arrojaron dos bombas molotov en el lugar antes de salir, dijo.
Las investigaciones aún no establecen un móvil del crimen, pero no se descarta una posible participación de la delincuencia organizada ni un crimen de odio contra mujeres. En tanto, la Fiscalía recoge las declaraciones a todas las personas que estaban en el lugar, señaló el vocero.
Para la defensora de derechos humanos, Irma Casas Franco, las causas quedan en segundo plano mientras que se trate del asesinato de una mujer. En entrevista con CNNMéxico, aseguró que el ataque exhibe “una de las máximas situaciones de violencia” que aún padecen las mujeres en la ciudad fronteriza, que ha destacado por sus altos niveles de feminicidios.
“Esta fue una situación que se dio públicamente, pero nosotros conocemos otros eventos (a los) que desafortunadamente los medios no le dan cobertura, como violaciones, extorsiones y asaltos que reflejan el grado de vulnerabilidad en que aún estamos”, dijo a CNNMéxico la directora de Casa Amiga, una organización que defiende principalmente a mujeres y menores en Juárez.
Los asesinatos de mujeres registrados en Juárez durante 2011 han ocurrido en situaciones distintas que pueden ser agrupadas como accidentes por violencia intrafamiliar, casos de relación de las víctimas con miembros de la delincuencia e incidentes en los que las propias mujeres pertenecen a los grupos criminales, detalló el visitador Adolfo Castro.
Sin embargo, el crimen de este lunes tiene “un plus de brutalidad” por la violencia utilizada, dijo Castro, quien asumió el cargo en julio de 2011.
“En lo que he estado aquí no he visto precedentes en cuanto a rociar gasolina (…) Es algo que yo no había visto en ese aspecto. Ha habido muertes violentas, desde luego, pero la gasolina es un plus de brutalidad”, afirmó.
Aunque el crimen de Manríquez no es hecho aislado en Juárez —la ciudad considerada entre las más violentas del mundo— destaca en medio de una disminución de la violencia derivada del crimen en la urbe situada en la frontera con Estados Unidos, dijo a CNNMéxico Adrián Sánchez, vocero de Seguridad Pública de Juárez.
“En años anteriores sí llegó a pasar, pero ya tienen mucho tiempo que no ocurren eventos de alto impacto”, dijo.
En lo que va de junio se han registrado seis asesinatos, detalló Sánchez. El número contrasta con las 21 personas asesinadas solo el 14 de julio de 2011, en la jornada más violenta registrada hasta ese momento .
En los primeros nueve meses de 2011, Ciudad Juárez y Chihuahua, la capital del estado, concentraron el 70% de los asesinatos relacionados con el crimen organizado en Chihuahua, que a su vez fue la entidad con más casos en el país, según cifras de la Procuraduría General de la República (PGR) proporcionadas en enero pasado.
Juárez fue el destino de uno de los principales operativos (Todos somos Juárez) de las fuerzas federales en la lucha contra el crimen organizado emprendida por el actual gobierno. Ante el aumento en la violencia, la ciudad recibió en 2008 la intervención de militares, que luego fueron sustituidos en las tareas de seguridad por policías federales en abril de 2010. Los agentes federales iniciaron su salida en septiembre de 2011 , delegando la vigilancia a las policías locales.
Además, Juárez ha destacado por los casos de violencia de género. Cientos de mujeres han sido asesinadas ahí desde 1993. Solo en 2010 se registraron 370 feminicidios y hasta octubre de 2011 sumaban 222 , según cifras de la Fiscalía General de Chihuahua.
En atención a una sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el gobierno federal pidió perdón a las víctimas de estos crímenes en noviembre pasado, cuando develó un monumento en Juárez en honor a siete mujeres asesinadas.
El crimen de Gabriela Manríquez es una muestra “el grado de saña” que puede alcanzar la violencia contra las mujeres, señaló la defensora Irma Casas.
“Cómo tiene esta gente la capacidad de llegar a este nivel (…) Nos debe llamar la atención que realmente la violencia en Ciudad Juárez no ha mermado. La situación que vivimos de violencia contra las mujeres en la ciudad no ha mermado en absoluto. Lo único es que se ha invisibilizado”, dijo.