Rafael Caro Quintero: uno de los pioneros del narcotráfico en México
Considerado como uno de los capos más renombrados de los inicios del narcotráfico mexicano, Rafael Caro Quintero tuvo un rápido ascenso en el crimen organizado hasta 1985, cuando fue detenido y acusado de matar a Enrique Camarena Salazar, agente de la DEA.
Nació el 3 de octubre de 1952 en Badiraguato —el mismo municipio donde nació Joaquín El Chapo Guzmán— ubicado en la sierra de Sinaloa, en el noroeste del país. Cuando tenía 13 años, según contó el propio Caro Quintero al semanario Proceso, falleció su padre y se tuvo que hacer cargo de la familia de 12 hermanos.
Hasta antes de los 28 años se dedicó a la siembra de maíz y frijol con su familia, pero luego decidió cultivar marihuana en el vecino estado de Chihuahua, donde su actividad creció hasta poseer 80 hectáreas y tener cientos de peones a su servicio, según dijo en la entrevista a Proceso en 1993.
Desde la década de 1970 comenzó su participación en el crimen organizado cuando se asoció a Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca Carrillo, con los que en la siguiente década creó el cártel de Guadalajara, uno de los primeros en asociarse con traficantes sudamericanos para llevar drogas a Estados Unidos.
Don Rafa, R-One, R1, quien desde esa época tenía esposa y cuatro hijos, dice que por "por necesidad, por error o por lo que usted quiera" se asoció al narcotráfico, pero siempre ha negado haber participado en asesinatos, en especial en el del agente estadounidense Enrique Camarena Salazar.
El crimen
El 9 de febrero de 1985, el cuerpo sin vida de Camarena Salazar, elemento de la agencia antidrogas estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés) apareció en una casa de Guadalajara junto al cadáver del mexicano Alfredo Zavala Avelar.
Casi dos meses después del crimen, el narcotraficante fue detenido en una casa que tenía en Costa Rica. De ahí fue trasladado a la Ciudad de México, donde se le inició un juicio federal por el asesinato de Camarena y obtuvo la condena máxima en ese tiempo, 40 años de prisión.
Caro Quintero siempre aceptó haber cultivado marihuana y haberse asociado en el narcotráfico, pero siempre ha negado su participación en ese crimen, que generó un momento de gran tensión entre México y Estados Unidos por las operaciones de agentes secretos extranjeros en el país.
"A mí me han endilgado todo. Pero cuando caí yo, venía, como quien dice, bajando de la sierra. Me imagino que, para hacer lo que hicieron conmigo, cualquier persona hubiera servido. Así como me agarraron a mí, cualquier persona hubiera servido, no nada más yo", dijo a Proceso tras ocho años en prisión.
"Todo es una mentira. Todo el mito que han hecho creer a la opinión pública es una mentira. ¡Qué me castiguen por lo que he hecho, no por lo que no!"
El hecho de que haya sido juzgado por un tribunal federal, y no por uno del fuero común, es lo que motivó a un tribunal de Jalisco este viernes para considerar su libertad por un mal procedimiento de su juicio.
El capo siempre lamentó las condiciones en que estuvo prisionero en la cárcel de más seguridad del país, en el municipio de Almoloya de Juárez, Estado de México, donde afirmaba que cualquier prisionero podría perder la razón por el "encierro de segregación" que vivía, sin ver a su familia.
Cuando cumplió 25 años en prisión, a Caro Quintero le fue concedido su deseado traslado a un penal de máxima seguridad, pero con menos restricciones, en Puente Grande, en Jalisco, donde ya aquejaba una enfermedad de la próstata a sus 58 años.
Fotografías de su traslado mostraban a un hombre corpulento y canoso, con sus características cejas negras y pobladas, pero ya sin el espeso bigote que mostraba en una foto que el gobierno de Estados Unidos muestra en su ficha de fugitivo internacional.
Apenas en junio pasado, el gobierno estadounidense puso en su lista de personas relacionadas con el crimen , con las que prohíbe establecer negocios a sus ciudadanos, a 18 personas y 15 empresas que están relacionadas con el tráfico de drogas iniciado por este capo.
Hasta hoy la agencia antidrogas DEA también mantiene su ficha en la página del Departamento de Justicia estadounidense. Es acusado de los delitos federales de secuestro y asesinato de un agente federal, crímenes violentos, y tráfico de marihuana y cocaína, entre otros delitos.
"Rafael Caro Quintero ha utilizado una red de miembros de la familia y de personas para invertir su fortuna en empresas aparentemente legítimas y proyectos inmobiliarios en la ciudad de Guadalajara", dijo Adam Szubin, director de la Oficina de Control de Activos Extranjeros, del Departamento del Tesoro.
En junio pasado, la DEA informó que es requerido en una corte del Distrito Central de California por el secuestro y asesinato del agente Camarena y por tráfico de drogas.