Jalisco, cuna de charros y tequila, da primer paso hacia el matrimonio gay
Hablar de Jalisco es hablar de tequila, música de mariachi y los charros mexicanos que defendían su amor y honor a balazos que retrató la época de oro del cine y ahora se incorpora a las entidades que avalan la unión entre personas del mismo sexo
El Congreso del estado aprobó este jueves la Ley de Libre Convivencia en Jalisco , con apoyo del partido gobernante, el Revolucionario institucional (PRI) al cual pertenece el gobernador Aristóteles Sandoval y también el presidente Enrique Peña Nieto.
La nueva figura jurídica se define como una unión que se oficializa ante un notario y no en el registro civil, pero igual que un matrimonio permitirá a parejas del mismo sexo compartir derechos como la herencia o sucesión de bienes, el derecho de reclamar pensiones, y también la seguridad social, según el Congreso estatal.
Este, dicen activistas LGBT, es un primer paso para que en un futuro se apruebe el matrimonio entre personas del mismo sexo.
En el país el Distrito Federal es el único que avala el matrimonio entre parejas del mismo sexo, mientras que en Colima, Oaxaca, Quintana Roo se han realizado uniones gracias a vacíos legales o amparos.
Las curiosas leyes mexicanas sobre el matrimonio
Jalisco fue gobernado por el conservador Partido Acción Nacional (PAN) los últimos 18 años, hasta 2012 . Y durante el último siglo ha sido ícono del llamado “macho mexicano”.
"Mi orgullo es ser charro, valiente y braga'o", cantaba Jorge Negrete, conocido como el “charro cantor”, aquel que en la cinta Ay Jalisco no te rajes, cantaba que era capaz de “por una morena echar mucha bala”.
Jalisco también ha sido un estado donde sus gobernantes han prohibido a esas “morenas” usar minifalda como ocurrió en 1995, cuando el entonces alcalde panista en Guadalajara, César Coll Carabias, pidió a sus empleadas del ayuntamiento evitar esta prenda.
Ese sería el inicio de la era del PAN en el gobierno de Jalisco y algunas declaraciones polémicas de Emilio González, quien también fue el último gobernador panista, devoto católico y defensor de la “familia tradicional”.
En 2008 se defendió de las críticas por sus donativos, con recursos públicos, a la iglesia con un "chinguen a su madre". Dos años más tarde, durante la inauguración de la segunda Cumbre Iberoamericana de la Familia, organizada por la Unión Nacional de Padres de Familia, dejó ver su “asquito” por las uniones entre personas del mismo sexo.
“Bueno, para mí es matrimonio si es entre un hombre y una mujer, porque qué quieren, uno es a la antigüita; a lo otro todavía, como dicen, no le he perdido el asquito”.
Con la salida del PAN del gobierno y la llegada en 2012, el nuevo gobernador priista, Aristóteles Sandoval, llegó desmarcándose de su antecesor y prometiendo tener un gobierno "liberal, incluyente y tolerante" .
"No soy conservador, soy una persona liberal en el sentido de que somos inclusivos, tolerantes a las distintas expresiones religiosas, a las preferencias sexuales", dijo Sandoval a CNNMéxico tras ganar la gubernatura.
Los tapatíos no estaban del todo en contra de la medida que permitiría a dos personas del mismo sexo unirse y tener los derechos que tienen las parejas heterosexuales.
El PRD realizó una encuesta en el estado para saber si los tapatíos aprobaban o no la iniciativa. El 49% estaba en de acuerdo en que las parejas del mismo sexo se unieran, solo con una condición: que no se llamara “matrimonio” a esa unión, el 30% estaba en contra sin importar cuál fuera el nombre.
Enrique Velázquez hizo caso a esta petición – también replicada por el gobierno de Sandoval – y modificó el dictamen en el que queda expresamente prohibida la adopción y la unión de oficializa con un contrato con notario público y no en el registro civil.
El “liberal” priismo ayudó al diputado Enrique Velázquez del Partido de la Revolución Democrática (PRD) – la principal fuerza de izquierda en el país – a ganar que su iniciativa fuera aprobada y se ganara este jueves la votación en el Congreso.