Michoacanos desplazados por violencia vuelven tras el operativo federal
En enero pasado, más de un centenar de michoacanos dejaron sus comunidades debido a la violencia registrada en el estado y sus efectos inmediatos, como el desempleo. Un mes después, estos desplazados han reiniciado su regreso, luego de intentar, incluso, obtener asilo político en Esados Unidos.
Aunque no existen conteos oficiales, al menos 150 personas dejaron el estado en enero y regresaron semanas después, según un recuento hecho por CNNMéxico con información de distintas fuentes.
Estos desplazamientos coincidieron con las primeras operaciones de la Comisión para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, creada a mediados de enero por gobierno federal para recuperar el control de el estado.
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Durante 2013, al menos 200 familias más ya habían dejado Michoacán por las mismas razones.
75 personas, a Colima
A Colima, un estado costero con el que Michoacán colinda al occidente, llegaron al menos 75 michoacanos entre el 14 y el 16 de enero —los días en que inició la llegada de refuerzos federales a Michoacán—, informó el secretario de gobierno del estado, Rogelio Rueda.
“Llegaron a (el municipio de) Tecomán el martes 14 de enero 9 personas integrantes de dos familias y luego se registró el arribo de un grupo, eran 66 personas (32 adultos y 24 niños) el 16 de enero a la capital, Colima”, dijo Rueda en entrevista telefónica.
Funcionarios estatales proveyeron a los refugiados alimentación, cobertores y apoyo psicológico para los niños. El grupo estuvo en Colima una semana y luego “dijeron que se iban a regresar a su tierra”, detalló Rueda.
Algunos de los desplazados relataron los “riesgos y dificultades” que los llevaron a dejar sus lugares de origen. “Se trata de comunidades donde, como algunos ellos lo compartieron, había grupos de delincuentes que realmente tuvieron el control de sus comunidades”, indicó.
“Sabemos que hay más gentes, pero que seguramente han llegado a casas de algunos familiares o de algunos amigos cercanos”, añadió el subsecretario de gobierno de Colima.
70 más, a Tijuana
Al menos 70 michoacanos llegaron durante enero a refugios en Tijuana, Baja California, con la intención de cruzar a Estados Unidos; llegaron ahí guiados por el rumor de que el gobierno estadounidense concedía asilo político a desplazados por la violencia, dijeron representantes de casas de asistencia a migrantes.
“Ellas (las personas desplazadas) lo decían a la hora de hacerles la entrevista, decían que buscaban asilo político y que se los habían negado”, dijo vía telefónica una representante de Casa Madre Assunta, que atiende a migrantes en la ciudad fronteriza.
La representante, quien pidió que su nombre no fuera revelado, aseguró que de los 60 refugiados en esa casa, la mayoría provenía de los municipios de La Huacana y Aguililla.
“Llegaron muy nerviosos, angustiados por la situación que estaban viviendo. Desalentados también porque pensaron que era fácil llegar y que iba a haber asilo”, dijo. El rumor de asilo político se propagó entre las mismas comunidades michoacanas, añadió citando a algunos desplazados.
Michoacán, ubicado en el occidente de México, es un estado que tradicionalmente ha expulsado migrantes a Estados Unidos desde hace más de dos décadas. Solo en 2011, 40,193 personas se desplazaron de Michoacán a territorio estadounidense, lo que convirtió a la entidad en el cuarto mayor punto de origen de migrantes mexicanos, según cifras del Colegio de la Frontera Norte.
Un representante —que tampoco quiso ser identificado— de Casa del Migrante, otra institución de asistencia que recibió a 10 migrantes de Michoacán, indicó que “llegaron a pedir asilo a EU y habían sido rechazados” y detalló: “nos expresaron que habían salido por causas de la violencia que vivían sus comunidades”.
Migración interna
Hasta agosto pasado, al municipio michoacano de Coahuayana (que colinda con Colima al occidente) habían llegado 200 familias de cinco municipios más del distintas regiones del estado donde se habían formado grupos de autodefensa, informó entonces el presidente municipal, Andrés Cárdenas. Este reporte de desplazados es el mayor registrado hasta este febrero por el conflicto en Michoacán.
Uno de los municipios que expulsó migrantes a Coahuayana es Aquila, ubicado en la sierra-costa michoacana, detalló Cárdenas. Ahí, civiles armados despojaron de sus armas y vehículos a la policía municipal y tomaron el edificio de la alcaldía a fines de julio pasado, a lo que el gobierno federal respondió a mediados de agosto con una intervención militar en la que fueron detenidas 45 personas, de las que 19 permanecen a en prisión a la espera de un juicio .
El conflicto en Aquila, atribuido por el gobierno estatal a una disputa interna por las regalías de una mina , causó que al menos 100 familias más se trasladaran a Colima, indicó Cárdenas.
Pero otros municipios de distintas regiones de Michoacán —principalmente Tierra Caliente y la sierra— donde también surgieron autodefensas, registraron asímismo desplazamientos, detalló el alcalde de Coahuayana.
Andrés Cárdenas dijo que las familias que llegaron a su municipio también procedían de Coalcomán, Chinicuila, Aguililla y Buenavista Tomatlán y que habían solicitado al ayuntamiento materiales para construir viviendas provisionales.
CNNMéxico buscó a Andrés Cárdenas para obtener una versión actualizada de los refugiados en el municipio, pero al momento no ha recibido respuesta.
En tanto, el alcalde de Coalcomán, Rafael García Zamora, estimó que de su municipio salieron unas 50 familias con dirección a Colima el 15 de mayo pasado, cuando en la cabecera municipal se formó un grupo de autodefensa y esto asustó a algunos habitantes.
“Cuando la gente se levantó en armas sí hubo una desbandadita de, por decir, unas 50 familias que salió a Colima”, dijo García Zamora en entrevista telefónica.
“Creo que se fueron de aquí prácticamente los que la población corrió, los que estaban muy directamente señalados por la misma población de pertenecer al crimen organizado. No fue tan significativo, porque eran unas cuantas familias nada más que recibían favores”, añadió.
García Zamora aseguró que no era gente “que la debía”, sino que “se fueron porque tenían miedo de que esto fuera a empeorar”.
El primer edil de Coalcomán, un municipio enclavado en la sierra y cercano a la costa, indicó que en los últimos tres meses han regresado muchos de los emigrantes, incluidos algunos que partieron hace más de cuatro años, cuando perdieron sus bienes a manos de Los Caballeros Templarios, el grupo criminal que controló el estado y contra quienes se formaron los grupos de autodefensa.
Los presidentes municipales en Coalcomán y Aquila dijeron en entrevistas separadas que es difícil llevar un registro de los emigrantes porque “no avisan cuando se van”, ni explican sus razones, ni notifican cuando vuelven.
Otros desplazamientos de Michoacán ocurrieron en julio pasado, con el traslado de gente de Buenavista al municipio de Los Reyes y más tarde en Apatzingán, cuando se refugió ahí población de poblados y rancherías aledañas donde la violencia era más intensa, según reportes de medios locales.
CNNMéxico solicitó al gobierno estatal una cifra de desplazados por la violencia en el territorio michoacano durante el último año, pero al momento no ha habido una respuesta.
También los alcaldes migran
A los desplazamientos atribuidos a la violencia en Michoacán se suman los de los presidentes municipales de Tepalcatepec, Guillermo Valencia Reyes ; Aguililla, Jesús Cruz Valencia, y Buenavista, Luis Torres Chávez, quienes despachan de hace al menos siete meses fuera de sus municipios.
Al menos uno de ellos, Valencia Reyes, ha denunciado en varias ocasiones amenazas en su contra por parte de integrantes de autodefensas, en específico contra Juan José Farías Álvarez El Abuelo ; el alcalde ha criticado a los gobiernos federal y estatal de aplicar la justicia de forma “selectiva” y tolerar a criminales.
El gobernador de Michoacán, Fausto Vallejo, aseguró este miércoles que es “primordial” preservar la integridad física de estos tres alcaldes y de sus familias.
Desplazados, el factor económico
Para la titular del Consejo Estatal de Población de Michoacán (COESPO), Clara Ochoa Valdés, la migración es atribuible también a que la inseguridad en el estado canceló empleos, lo que llevó a campesinos a buscar oportunidades de trabajo en otros lugares.
“Es muy probable que estos desplazamientos hayan sido no solo por la inseguridad en Tierra Caliente, sino también al desempleo en todo el estado”, dijo Ochoa en entrevista telefónica, al señalar como ejemplo el cierre de empacadoras de limón durante distintas temporadas en los municipios productores del Valle de Apatzingán. En esta región las pérdidas al comercio por los efectos de la violencia superaron los 500 millones de pesos, indicaron en enero pasado la Cámara Nacional de Comercio en Apatzingán.
Solo Coahuayana, un municipio costero de Michoacán, recibe anualmente a jornaleros no solo del estado, sino de Guerrero y Oaxaca, para trabajar en cultivos de chile, plátano, jitomate, melón sandía y coco, detalló la titular estatal de población. La producción del campo en Coahuayana y en otras regiones agrícolas de Michoacán creció en 2013 pese a la violencia.
La salida de migrantes de Michoacán hacia otros municipios del estado, entidades vecinas y Estados Unidos se ve facilitada por las “redes familiares” que les garantizan a los michoacanos alojamiento y ayuda temporales, detalló Ochoa.
Aunque al momento el COESPO no cuenta con ninguna medición, Ochoa Valdés prevé que el efecto a la migración por la violencia de 2013 en Michoacán no será mayor a la registrada entre 2000 y 2005, cuando casi 20,000 personas de 86 municipios del estado emigraron hacia Estados Unidos, principalmente a los estados de California, Texas, Illinois, Florida y Georgia, según investigadores de la UNAM.