Una iglesia en Puebla sepulta a 12 personas mientras se celebraba un bautizo

Ismael lucha por su vida en un hospital y aún no sabe que lo perdió todo: a su esposa y a sus dos hijas, su única familia, pues hace ocho años fallecieron sus padres.

Ismael aún no sabe que lo perdió todo: a su esposa y a sus dos hijas, su única familia, pues hace ocho años fallecieron sus padres.

Mientras este hombre se debate entre la vida y la muerte en un hospital, vecinos de Atzala, se han organizado para enterrar a sus seres queridos.

En este municipio, ubicado en la Mixteca de Puebla –aproximadamente a dos horas de la capital del estado– se registró el mayor número de los 43 muertos que han reconocido oficialmente las autoridades a consecuencia del sismo de magnitud 7.1 que sacudió el centro del país este martes.

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Eran alrededor de las 13:00 horas y en la iglesia principal de Atzala se habían concentrado al menos 20 personas para presenciar el bautizo de Elideth, la hija pequeña de Ismael. El sacerdote apenas había dado la bienvenida cuando se sintió la sacudida.

Los vecinos de Atzala dijeron que ni en los sismos de 1985 y 1999 hubo tantos muertos en la localidad.

Una piedra gigante y parte de la cúpula de la parroquia cayó en segundos sobre la esposa y las hijas de Ismael. A lado también quedaron entre escombros quienes serían sus compadres; Florencio y Susana, así como sus dos pequeños: Samuel y Mario de Jesús.

En medio de los santos rotos también perdió la vida la mamá y la cuñada de quien sería el padrino, además de otros invitados. En total 12. Todos con algún lazo familiar.

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Once de ellos fueron velados en la casa de la familia Villanueva Mereces la madrugada de este miércoles. El otro, un regidor de un municipio cercano –Chiautla de Tapia– fue llevado a su localidad para ser enterrado.

Al menos otras tres personas, entre ellos Ismael, fueron rescatados con vida entre los escombros de la iglesia pero su estado de salud es delicado, según aseguraron los vecinos del municipio a Expansión.

Un sacerdote se salva

En medio del derrumbe de la iglesia de Atzala, el religioso que oficiaría la misa bautismal salió ileso al igual que el sacristán. De acuerdo con lo que el párroco narró a habitantes, al momento que empezó el temblor se recargó por un momento en el altar, y después salió por una puerta alterna, sin poder hacer nada por sus feligreses.

En un recorrido que realizó Expansión en el lugar de los hechos, constató que la iglesia quedó totalmente inservible.

En un recorrido que realizó Expansión en el lugar de los hechos, se constató que la iglesia quedó totalmente inservible. Solo un par de imágenes de ángeles pintados en una parte de los techos quedaron intactas. Todos los santos que eran adorados en cada misa quedaron reducidos en polvo.

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Tras las labores de rescate, ya en la madrugada de este miércoles, maquinaria pesada acabó con el refugio católico.

“Ahora a ver quién nos ayuda a construir otra iglesia. Después de vivir esta tragedia, necesitamos rezarle a Dios para que nos devuelva la paz, que ayude a las familias que perdieron a sus seres queridos en sanar el alma”, dijo una de las vecinas.

A las 3:00 horas de este miércoles, esta persona seguía sirviendo café a los hombres que participaron como voluntarios para rescatar los cuerpos de las víctimas.

Otra habitante cree que el sacerdote y el sacristán se salvaron porque creen “realmente en Dios”, pues reconoció que muchos vecinos como ella, solo acuden a misa cada que hay fiestas y no cada fin de semana como acostumbran otros: “Nunca habíamos vivido algo tan espantoso”

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Una de las primas de Susana (la señora que sería la madrina de Elideth) lamentó que le haya tocado vivir el dolor de perder a seis familiares directos.

Ella se encargó de contratar a la funeraria que prepara los cuerpos, y junto con sus otras primas, se organizaron para repartir café y pan durante el velorio.

“Nunca habíamos vivido algo así aquí en Atzala, ni en el sismo del 99 o del 85 se habían registrado tantos muertos como ahora”, dijo.

Según reportes oficiales, suman 43 fallecidos en el estado, de los cuales, 12 se registraron en Atzala, siete en la capital del estado, y el resto, en otras localidades de la Mixteca.

Unas 137 escuelas registraron daños, además de 67 iglesias, y 46 edificios del Centro Histórico de la ciudad de Puebla.