Directivos de Toyota se defienden en EU

El presidente de las operaciones de Toyota en Estados Unidos insistió el martes que los problemas electrónicos no contribuyeron a la súbita aceleración de sus vehículos, lo que fue intensamente criticado por los legisladores para quienes dichas posibilidades no deberían ser descartadas.

Como parte de las audiencias, una mujer presa del llanto narró cómo se vio imposibilitada para detener su automóvil de alta gama modelo Lexus por una aparente falla del acelerador, antes de lograr apagar el auto y detenerlo sin chocar.

James Lentz repitió la posición de Toyota, de que la congelación del acelerador en algunos de los modelos más populares de la empresa fue causada por uno de dos problemas: mala ubicación de las alfombrillas y aceleradores defectuosos.

Por otra parte, el presidente mundial de Toyota, Akio Toyoda, quien declarará el miércoles ante otra comisión legislativa, dijo que asumía "plena responsabilidad" por la incertidumbre sufrida por los propietarios de autos Toyota.

También ofreció sus condolencias a los allegados de una familia de la ciudad californiana de San Diego que pereció a fines de agosto, activando el interés por los problemas de la mayor empresa automotriz del mundo.

"Haré todo lo que pueda para asegurar que dicha tragedia no vuelva a suceder", dijo Toyoda en una declaración preparada para la audiencia del miércoles ante la Comisión de Supervisión Gubernamental de la Cámara de Representantes.

"Mi nombre figura en cada vehículo. Tienen mi compromiso personal de que Toyota trabajará sin descanso para restaurar la confianza de nuestros clientes", prometió Toyoda.

Con anterioridad, Lentz había reconocido que Toyota tiene un deficiente sistema de comunicación a nivel corporativo, con los reguladores gubernamentales y con sus clientes.

Rhonda Smith, cuyo Toyota Lexus se aceleró súbitamente a 160 kph (100 mph) cuando intentó frenar colocando la palanca de cambios en neutro, intentando encajar la marcha atrás y activando el freno de mano, gritó "!qué vergüenza!" en la misma audiencia legislativa.

Agregó una segunda vez "!y vergüenza la de ustedes!" en referencia a los reguladores de seguridad en carreteras.

La mujer describió la pesadilla de viaje que realizó en octubre de 2006, que tildó de "una experiencia cercana a la muerte". Conteniendo las lágrimas, Smith dijo a la comisión que "recé a Dios para que me ayudara".

"Tras seis millas (10 kilómetros), Dios intervino" y el coche perdió velocidad, agregó. Dijo que pasó mucho tiempo antes de que Toyota respondiera a sus quejas.

La descripción de Smith precedió al testimonio de varios expertos en seguridad automovilística.

Los ejecutivos de Toyota y el secretario del Transporte Ray LaHood también declararon ante la Comisión de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes.

Toyota contrató a una firma consultora para que analizara si los problemas electrónicos pudieran causar las súbitas aceleraciones. La firma, Exponent Inc., no encontró nexo alguno entre ambos. Empero, los investigadores del comité dijeron que las pruebas de Exponent estaban viciadas porque solamente analizaron un reducido número de vehículos Toyota.

Empero Toyota, que ha retirado 8.5 millones de vehículos para arreglar los problemas de aceleración y frenos en el modelo 2010 del híbrido Prius, se disculpó nuevamente por esos problemas.

"En los últimos meses, no hemos estado a la altura de los altos estándares que nuestros clientes y el público han esperado de Toyota", dijo Lentz, presidente de Toyota Motor Sales U.S.A. Inc. en declaraciones preparadas.

"En resumen, hemos tardado demasiado en encarar varios raros pero graves problemas de seguridad, pese a todas nuestras buenas intenciones", agregó.

Toyota informó el lunes que la fiscalía federal y la Comisión de Valores investigan los problemas de seguridad y las versiones que dieron sus ejecutivos al Gobierno.