¿Qué compró Slim hace 20 años?
Hace 20 años era común en México que se anunciara la venta o renta de casas con o sin línea telefónica. Esto era reflejo del atraso en que estaba sumido el país en telefonía, con una empresa paraestatal obsoleta y de la cual sus clientes renegaban ante el pésimo servicio.
"La empresa que se recibe (Grupo Carso y sus socios el 19 de diciembre de 1990), era muy obsoleta. Te diría que teníamos 30 años atrasados en ese momento, se adquiere una compañía obsoleta que está abierta a todo, a que todos los operadores compitan, excepto en larga distancia, que se conserva la exclusividad por seis años para cumplir los objetivos", comenta Héctor Slim Seade, director general de la compañía.
Contratar una línea telefónica llevaba poco más de 2 años y la demanda de clientes insatisfechos (en lista de espera del servicio) superaba los 2 millones, cuando en el mercado apenas operan 5.4 millones de líneas.
Por tanto, expandir el servicio fue uno de los grandes retos que enfrentó Carlos Slim Helú, presidente de Grupo Carso , quién junto con sus socios South Western Bell y France Telecom se adjudicaron la compañía pagando alrededor de 17% más de lo que valía en ese entonces Telmex. "La limitación era que las acciones de control, un 20.4%, se mantuvieran, es decir, no pudieran ser vendidas en 10 años", recuerda el sobrino del hombre más rico del mundo. En la subasta de Telmex participaron más de 23 empresas nacionales y extranjeras.
La escasez del servicio no era el único problema sino también la mala calidad, atribuible a fuertes limitaciones tecnológicas (pues las comunicaciones se daban vía las microondas), rezago en inversiones y muy bajo nivel de escolaridad del personal (5.4 años en promedio e incluso con analfabetismo), entre otros.
" Cuando Telmex se privatiza estaba calificada como la empresa número 62 de las compañías de telecomunicaciones, sólo estábamos arriba de Haití . Seis años u ocho años Forbes nos califica como la número uno", recuerda el capitán de Telmex.
¿La claves del cambio?
Posicionar a Telmex como la mejor empresa de telecomunicaciones de México y del mundo implicaba grandes retos para Slim Helú , ingeniero graduado en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Así instrumentó un agresivo plan de tres años para modernizar, expandir y mejorar el servicio de la empresa, para lo cual se planearon inversiones de 7,500 millones de dólares (mdd).
Con estos recursos la nueva administración se propuso entre otras cosas; generar 2.3 millones de líneas telefónicas con tecnología moderna, llegar a 8,000 poblaciones rurales , duplicar los teléfonos públicos que sumaban apenas 80,000, la distribución llevarla al 60% y avanzar en la digitalización (proceso que se completó al 100% en 2001). "O sea se actualizó la planta al 100% en México antes que en Estados Unidos y otros países, además que la empresa se recibió sin fibra óptica (apenas con 300 kilómetros), ahorita tenemos 112,000 kilómetros", destaca el sobrino del empresario de origen libanés.
Adaptar el personal a la nueva tecnología y visión de la administración de Carso exigía también emprender un proceso de capacitación intensivo. "Hubo un acuerdo con el sindicato para mantener la plantilla laboral, entonces se acordó no correr gente sino capacitarla y prepararla para el crecimiento", indicó Slim Seade.
Como parte de esto, en mayo de 1991 se creó el Instituto Tecnológico de Teléfonos de México con el objetivo no sólo de preparar a los trabajadores para el crecimiento de la compañía sino para mejorar su nivel de escolaridad (el cual pasó de 5.4 a 15 años en sólo una década).
La modernización del servicio llevó a la necesidad de reacomodar el personal. Por tanto, la mitad de las operadoras de llamadas (poco más de 5,000) fueron capacitadas y reubicadas hacia las áreas de comercialización y reparaciones (antes sólo para hombres).
A 20 años de distancia y con una inversión acumulada de 32,000 mdd, el director general de Telmex ( actualmente la empresa número 10 de Las 500 de Expansión ) presume varios logros de la compañía privatizada: las localidades atendidas pasaron de 10,297 a finales de 1990 a 23,188 (cubriendo el 94% de la población), de prácticamente no tener red de fibra óptica hoy cuenta con 112,500 kilómetros, la escolaridad promedio de su personal se elevó de 5.7 a 15 años y las líneas telefónicas facturadas de 5.4 a 15.6 millones.
Por su parte, las líneas fijas entre la población rural suman actualmente 2 millones cuando hace dos décadas casi no había; el tiempo de la instalación se redujo de 24 meses a días y la red ya se digitalizó al 100%. "Ni hablar de Internet en ese momento y mucho menos del triple play, ahora estamos en 7.2 millones de clientes de banda ancha", añade el ejecutivo.
En fallas, estima que las líneas con problemas se redujeron en 90%, además que los precios disminuyeron en casi 77% en términos reales desde 1991. "La política que ha seguido la empresa desde hace 20 años es que todas las eficiencias operativas que generadas por la nueva tecnología, por la capacitación, por las grandes inversiones, por las economías encargadas de obtener mejores precios con los proveedores, lo hemos trasladado a los clientes y ya anunciamos para 2011 estaremos bajando los precios", señala Slim Seade.
Con información de Regina Moctezuma y Orquidea Soto.