Laguna Verde recargada
En marzo se adjudicó a la francesa Alstom y la española Iberdrola la renovación de la única central nuclear mexicana, Laguna Verde. Es el primer paso para generar más electricidad a partir de la energía nuclear. Laguna Verde tendrá ahora nueva tecnología con la que su operación será más eficiente y que le permitirá, en un futuro, una mayor producción. Nuevas plantas nucleares comienzan a verse en el horizonte de la Comisión Federal de Electricidad, aunque más allá de los planes en Laguna Verde, no parece que se inicien en este sexenio.
Los ganadores de la licitación rehabilitarán y modernizarán la turbina generadora y los sistemas asociados a la generación de energía eléctrica de las dos unidades de la Central Nucleoeléctrica Laguna Verde, con el fin de aprovechar el máximo potencial del reactor actual que producirá una carga térmica mayor.
El contrato con el consorcio ganador es por 600.5 millones de dólares (mdd) en su primera etapa y 703 mdd para la segunda fase del proyecto (10% de lo que tiene asignada la CFE para todo el proceso de modernización de instalaciones eléctricas), presupuesto autorizado por el Congreso. Con esta renovación, la planta ampliará su vida útil al menos 20 años más.
Según Alstom, especializada en equipos y servicios para generar energía y con presencia en 70 países, con la modernización de la central se podrá aprovechar la nueva carga térmica del reactor. Adecuarán los equipos de generación a esta carga térmica y se aprovechará el aumento de capacidad para actualizar o cambiar aquellos equipos que por su tiempo de operación requieran un cambio o ya sean obsoletos.
Los primeros equipos se instalarán durante las recargas de combustible del año 2009 y la nueva capacidad se obtendrá al término del proyecto durante el año 2010.
Oportunidades para construir
La modernización de la única nucleoeléctrica del país trae importantes oportunidades para la industria de la construcción, principalmente en el municipio de Alto Lucero, Ver., donde se ubica la planta. La estimación de Eric Moreno, vicepresidente del sector Electricidad de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) es de 400 mdd en subcontrataciones: 60% para suministro de tecnología y el resto (40%) en construcción y servicios adicionales para la operación. De acuerdo con Alstom, el sector participará en el montaje electromecánico, ya que la gran mayoría del trabajo es cambio de equipos, aprovechando o adaptando las obras civiles existentes.
Moreno explica que la apertura hacia la tecnología nuclear por parte del gobierno es una buena noticia para los constructores. “El potencial es inmenso”, dice, si el país pasa de 4% de electricidad generada por energía nuclear a 20%. Además de las necesidades mecánicas se necesitarán bóvedas para el depósito de los desechos nucleares. Son obras muy sofisticadas, que requieren tecnología muy avanzada, y que las empresas mexicanas ya han desarrollado. De hecho, la mayor constructora pública del país, ICA, fue el principal contratista de Laguna Verde.
La energía nuclear ha vuelto a la agenda nacional; en el Programa de Obras e Inversiones del Sector Eléctrico 2007-2016 de la CFE está contemplada, aunque no como algo inmediato, sino hasta el periodo final del plan. Por lo tanto, no es probable que sea el presidente Calderón quien lidere la ampliación de la capacidad nuclear en México. Hasta ahora, recoge el documento, la energía nuclear requería una tecnología demasiado cara y el costo social y político de introducirla es demasiado alto. La posibilidad de accidentes con alto impacto ambiental y social, y la dificultad de gestionar los desperdicios nucleares han hecho que las autoridades no desarrollaran más que Laguna Verde. Sin embargo, los avances en costos y seguridad de la tecnología nuclear, así como los crecientes costos de los combustibles fósiles la hacen más probable en el mediano plazo. El plan es elevar la capacidad hasta 10,800 MW.
Hasta ahora no hay un proyecto de nueva planta. La única realidad es la repotenciación de Laguna Verde, pero probablemente a su término se podría construir una nueva central en la misma zona, según Moreno, de la CMIC.
La construcción de Laguna Verde inició en medio de una crisis mundial tras el peor accidente nuclear de la historia, el de la planta de Chernóbil, en Ucrania, ocurrido en 1986. El trágico suceso ocurrió durante un experimento que simulaba un corte de suministro eléctrico para aumentar la seguridad. La planta, que contaba con dos reactores con capacidad de generar 2,000 MW, fue cerrada en 2000 pero todavía hoy la radioactividad en la zona impide acercarse y poblaciones enteras siguen afectadas por enfermedades provocadas por aquel accidente. De forma directa murieron 31 personas. Greenpeace estima que hubo 270,000 casos de cáncer a consecuencia de las radiaciones emitidas desde entonces.
En aquel momento la construcción de las centrales nucleares se caracterizaban por llevar más tiempo de lo previsto. Es lo que ocurrió en Laguna Verde. A pesar de haber estado planeada desde mucho antes la Unidad 1 empezó a funcionar en abril de 1989 y la Unidad 2 en noviembre de 1994. La capacidad de producción actual de cada unidad es de 683 MW.
Las condiciones son completamente diferentes a 17 años de distancia. Una ola de inversiones a nivel mundial está reactivando la tecnología nuclear, que ahora se considera la mejor opción para diversificar la generación de energía eléctrica, explica Eduardo Andrade, presidente de la Asociación Mexicana de Energía.
Recientemente se ha demostrado que los costos externos de generación de electricidad con energía nuclear son mucho menores que los de tecnología que utiliza combustibles fósiles (0.03 a 0.05 dólares/kWh) y se equiparan con los de fuentes de energía renovables (0.002 a 0.005 dólares/kWh). Además, la generación de electricidad por medios nucleares no emite bióxido de carbono al medio ambiente. Hoy 20% de la electricidad en todo el mundo tiene origen nuclear, según los datos que maneja la CFE. Hay 442 plantas en 31 países con capacidad para generar 366,311 MW, y se están construyendo 26 centrales más y en proyecto hay otras 35. Francia es el país más dependiente de este tipo de energía, con 80% de su electricidad generada de esta manera, pero el mayor productor del mundo es Estados Unidos.
Los primeros pasos
La modernización de Laguna Verde consistirá en el cambio de las partes internas de las turbinas de vapor. El diseño evitará los problemas que han aquejado a algunas centrales nucleares contemporáneas de Laguna Verde, como las grietas en los rotores sometidos a esfuerzos muy elevados. Los generadores serán totalmente nuevos, con la tecnología más moderna disponible y similar a la que se emplea en las centrales nucleares más grandes del mundo, como las de Francia, que tienen capacidades unitarias de hasta 1,550 MW. La nueva capacidad por unidad de Laguna Verde será de 817 MW.
Los tiempos de parada de las turbinas actuales para esta renovación serán los mínimos. Se aprovecharán los periodos en los que la Central debe ser reaprovisionada de combustible nuclear. México compra este combustible —uranio enriquecido—, a otros países, a causa del Tratado de No Proliferación Nuclear que el gobierno firmó y ratificó. En México hay yacimientos de uranio —que no puede enriquecer—, con 14,600 toneladas probadas en una pequeña parte del territorrio que ha sido explorado. De este mineral, 10,600 toneladas son explotables (según las cifras oficiales).
Estas reservas aseguran el combustible necesario para abastecer Laguna Verde durante toda su vida útil y todavía dejaría un excedente de 30%. Sin embargo, la carrera armamentística nuclear provocada tras la Segunda Guerra Mundial y durante la Guerra Fría llevaron a este acuerdo, que aunque no ha sido firmado por todos los países del mundo, nada más permite a cinco países del mundo (EUA, Francia, Reino Unido, Rusia y China) enriquecer uranio.