OPINIÓN: Peña Nieto, el PRI y la diversidad sexual
Nota del editor: El autor es politólogo e internacionalista. Miembro del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales, profesor en el ITAM y en la UIA. Coautor de los libros Same Sex Marriage in the Americas, ¿Qué es Estados Unidos? y Ciudadanos.Mx: Twitter y cambio político en México.
(CNNMéxico) – Es el puntero en las encuestas de cara al 2012 y como tal se puede dar el lujo de no despeinarse, de elegir los temas sobre los que quiere opinar y cuándo quiere hacerlo. Por ello, no es menor que la semana pasada, el gobernador Enrique Peña Nieto concediera una entrevista a los periodistas Mario González y Alberto Tavira, de la cadena CNN en Español y de Animal Político, respectivamente, para hablar sobre la diversidad sexual en México.
En esa entrevista, Peña Nieto habló sobre matrimonios entre parejas del mismo sexo, la adopción de menores por parte de personas gays o lesbianas y del aborto. Tres temas que siguen polemizando y sobre los que los políticos hablan poco en general, pese a que se montaron en la agenda pública del país desde hace ya una década, bajo la batuta de la Ciudad de México, capital que ha llevado el liderazgo en temas de diversidad sexual y de derechos sexuales y reproductivos desde que la izquierda la empezó a gobernar en 1997.
Peña Nieto se mostró cauto ante los tres temas y zigzagueó. El gobernador del Estado de México primero decidió hablar sobre el aborto y lo que dijo fue “son derechos ya adquiridos por la sociedad”, pero “hay que evitar que sea usado como un método de planificación familiar”… Sobre adopción de menores y matrimonio también dijo que eran “derechos adquiridos y sancionados incluso por la Suprema Corte de Justicia”, pero que en lo personal “no comparte, pero no se opone a un derecho ya ganado”. Y habló sobre las diferencias que existen entre “estados más conservadores donde tarde o temprano estos temas irán avanzando”.
En la entrevista, Peña Nieto no dejó en claro si está a favor de los matrimonios ni de la adopción. Lo que señaló fue que “no puede haber marcha atrás sobre derechos adquiridos”. En otras palabras, su postura se traduce como “no intentaría ni podría revertir esos temas”. El grave problema de este asunto, es que el gobernador Peña Nieto, que tiene ambiciones presidenciales , habló de estos temas con tintes locales, sin una visión nacional.
Sin decirlo, Peña Nieto se refería a que en efecto, la interrupción legal del embarazo es un derecho adquirido por las mujeres de la Ciudad de México desde el año 2007, al tiempo que los matrimonios entre parejas del mismo sexo y las adopciones desde diciembre del 2009. Sin embargo, lo que el gobernador omitió fue mencionar el dato que en 18 estados más del país, las mujeres que desean practicarse un aborto legal no podrán hacerlo y que en algunos casos recibirán hasta 30 años de cárcel si interrumpen su embarazo ilegalmente. Lo que Peña Nieto tampoco mencionó es que en esos 18 estados el PRI apoyó al PAN para aprobar esas leyes que criminalizan a las mujeres.
Tampoco mencionó fue que en la Ciudad de México, el PRI se mantuvo ambiguo sin apoyar las Sociedades de Convivencia, que se debatieron en la Asamblea Legislativa del DF del 2001 al 2005, ni tampoco los matrimonios gay en el 2009. El gobernador obvió decir que el mismo PRI aprobó en Coahuila los Pactos Civiles de Solidaridad , aún con un artículo que prohíbe las adopciones de menores a las parejas del mismo sexo, es el mismo PRI que en Yucatán promovió una enmienda constitucional para prohibir los matrimonios entre homosexuales.
En otras palabras, a la más pura usanza del PRI de siempre, Peña Nieto habló sobre diversidad sexual y “a la vez no”, como se dice coloquialmente. Lamentablemente los priistas encabezados hoy por Peña Nieto, Beltrones, los Moreira y demás suspirantes presidenciales no han leído con atención cómo ha cambiado la opinión de las personas entre 18 y 45 años con respecto a estos temas. Tan sólo la última encuesta nacional sobre discriminación, elaborada por el CONAPRED, revela que hasta un 68% de la población en general “no ve ninguna justificación para no permitir que dos personas del mismo sexo se casen”.
De tal forma, "el nuevo PRI", el que mide cada una de sus palabras, que zigzaguea, que no es claro en sus posturas, el PRI que millones de mexicanos rechazamos en el 2000 y en el 2006, no ha aprendido que los votantes ya piden definiciones claras de los políticos en torno a estos temas, coherencia y que la sociedad mexicana cambia a ritmos acelerados.